13 octubre, 2013

En el aire.-


Paseábamos plácidamente y en inmejorable compañía por paraje próximo a Prado de San Sebastián cuando, de súbito, divisamos cómo en lontananza un extraño objeto pugnaba por desafiar a los vientos y a la poderosa atracción gravitatoria de nuestro planeta.


 
Tras acercarnos a su proximidad, (con suma cautela, todo hay que decirlo, no fuera a ser cosa del Maligno), comprobamos con gran pasmo que aquel objeto de llamativo color y enorme tamaño, se elevaba con individuos a bordo suya, pues poseía barquilla en la que los pasajeros subían y bajaban sin que por ello sufrieran mareos o desmayos. 

 Como quiera que se hubiera formado cierta fila para poder acceder a dicho artilugio, decidimos colocarnos en ella y aguardar nuestro turno, llegando el momento de poner nuestros pies en su interior y disponernos a subir a los cielos (valga la expresión sin ánimo jocoso, Dios nos libre). 

 
Durante la ascensión el mozo que manejaba los resortes de aquel armatoste nos explicó que aquel “Globo” (pues tal era el nombre del ingenio) podía alzarse merced al calentamiento del aire que se situaba en el interior de su forma, y que por ello, gracias a leyes de la Física nosotros podíamos alcanzar respetable altura y aún más, de no ser por oportunas sogas que impedían tal cosa. 

 
 
Descendimos de modo suave y lento, gratamente sorprendidos por la experiencia, y un poco temerosos porque el Santo Oficio viera en este vuelo asunto de nigromantes o brujas, más nos afirmaron que tal levitación era asunto legal y hasta muy usado para variados menesteres, sin que por ello se fuera en contra de lo establecido.
 
Más globos en Hispalensia, aquí. 





3 comentarios:

Quini dijo...

Don Alonso, deje usted de probar estas emociones fuertes que con su edad..... no hubiese sido más plácido un paseito en las barquitas???....... Ya le veo aficionándose a esto de las alturas y lo mismo con lo próximo que nos sorprende es haciendo “puenting”
Como siempre un fuerte abrazo y cuidese

quini dijo...

Don Alonso, deje usted de probar estas emociones fuertes que con su edad..... no hubiese sido más plácido un paseito en las barquitas???....... Ya le veo aficionándose a esto de las alturas y lo mismo con lo próximo que nos sorprende es haciendo “puenting”
Como siempre un fuerte abrazo y cuidese

Manolo Sousa dijo...

Agradezco sus sabios consejos, y tenga por cierto que los pondré en práctica en jornadas venideras. Reciba vuesa merced un fuerte abrazo.