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18 diciembre, 2011

Sin Norte.

Erróneamente, elucubramos era trasunto de la Fiesta del Obispillo, que celebrábase en calendas de diciembre cada año, por la conmemoración de San Nicolás. Consistía en nombrar con tal rango a mozo de coro catedralicio (dispuesto a mofa y burla), pues durante una jornada completa gozaba de mismo poder que el Prelado, ataviado con sus insignias episcopales y acompañado de sus simulados fámulos, deanes, racioneros y canónigos, usurpando todos a dignidades de la sede catedralicia y procurando hacer su santa voluntad durante aquel día. Y lo que principió ceremonia burlesca concluyó, con el paso de los años, carnavalada,  origen de no pocos desmanes, cuando no excusa manifiesta para desórdenes e infortunios.


Conjeturábamos, por ende, si el tal Obispillo de San Nicolás hubiérase trocado en comediante barbado con notoria barriga, fruto a todas luces de copiosa pitanza, y vestido con colores escarlatas y albos. Parece disfrutar agora del favor de muchos infantes, quienes emplean su tiempo en componerle misivas en que imploran dádivas en fiestas de Pascuas, cuando no malgastándolo, antedicho tiempo, aguardando acceder a su simulada presencia.



De su predicamento en estos tiempos hay buena muestra en las calles hispalenses, pues no hemos hallado comercio, negocio o lonja en que no esté presente consabida y oronda figura del mofletudo personaje cuyo nombre dejaremos en olvido.  

Todo lo cual inquiétanos en grado sumo pues, según nos señalan finalmente, trátase de individuo venido de tierras del Norte, molestándonos en demasía que sin tener privilegio real goce del uso de carruaje y que, en efeto, ostente patente para comercio de juguetes sin haber pasado examen en su gremio. 
Todos estos augurios nos hacen barruntar contienda cierta entre el tal alias de San Nicolás y Sus Regios rivales de Oriente, de cuyas vanguardias atisbánse ya algunos elementos.


Incluso en balaustradas y ventanales no faltan banderolas o gallardetes de un partido u otro.


En cualquier caso, cercanos como estamos a fechas de regocijo cierto por el Nacimiento de Nuestro Señor, haremos caso omiso de tales pendencias, que no seremos nosotros quienes aconseje sobre tales o cuales navideños benefactores, bien vengan del Norte, bien del Oriente.


Lo que sin duda aprovecharemos es para desear a todos cuantos la presente lean unas Felices Pascuas, agradecerles magnanimidad con que nos consta leen aquestos humildes pliegos y, a modo de comedido y respetuoso obsequio, dejar por escrito sonoras rimas de cierto Cancionero que llaman de Upsala:

Dadme albricias, hijos d'Eva
di, ¿de qué dártelas han?
Qu'es nascido el nuevo Adán
O Hi de Dios, y qué nueva.
Dádmelas y habed plazer
Pues esta noche es nasçido,
El Mesías prometido
Dios y Hombre de Mujer.
Y su nascer nos relieva
del pecado y de su afán,
Pues nasçió el nuevo Adán
O Hi de Dios y qué nueva.

Relieve del Nacimiento (Juan de Oviedo, Iglesia Colegial del Salvador)