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11 junio, 2015

Retablos.-

Calle Feria
 Si en mis tiempos resultaba frecuente la presencia de retablos callejeros en los que se daba culto a imágenes de singular devoción, con lamparillas, candelas e incluso flores en días señalados, comprobamos, hogaño (que viene a significar lo opuesto a antaño), que rara es la parroquia, capilla, convento o iglesia en que no haya hermosos y muy elaborados retablos donde aparecen, fielmente reflejados Cristos, Vírgenes o Santos.


 De ese modo, cuando el templo tenga cerradas sus puertas (algo quizá demasiado frecuente excepto para sacramentos y liturgias), los fieles pueden orar a sus devociones aunque sea desde la misma calle. 



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Sin embargo, la otra mañana, deambulando por collación de San Julián, comprobamos cómo ambas cuestiones allí no se tenían en cuenta para satisfacción nuestra: la parroquia abría sus puertas toda la mañana y además, en cierta taberna de la zona se habían animado a decorar uno de sus portones con la efigie de la cofradía que tiene su sede en el antedicho templo, con lo que parece ser Domingo de Ramos allá todo el año.

02 junio, 2015

Sin saltarse el guión.-

Ahora que aproxímase preclara festividad del Corpus Christi, otrora una de las de mayor raigambre y ostentación de nuestra ciudad, serán muchos los que, contemplando fervorosos cortejos eucarísticos que se multiplicarán en estos días (destacando sobremanera el organizado por la Santa Iglesia Catedral), fijaran sus ojos en extraño pendón o banderola de curiosa forma y rematado por una cruz que suele encabezar o formar parte de las antedichas procesiones. 

Se tiene por muy antiguo su uso, muchas veces ornado con borlajes o campanillas; bastará, amigo lector, que al contemplar ese Guión (pues ese es su nombre) imagines por un momento que se trata de gigantesca mano vuelta hacia atrás mientras señala, con esquematizado dedo índice, que Su Divina Majestad cierra con todos los honores (cera, romero, juncia, música e incienso) tan fervoroso desfilar de cofrades. 


 





24 marzo, 2015

Brotes.-



Apresúrase con urgencia el sol en dejar testigo de su presencia en estos días de víspera y gozo. La vida, gota a gota, ábrese camino. Sonarán estruendos de tambores y trompeteos lejanos. Penitencias de ruán o alpargata. Promesas por cumplir. Rampas para subir o bajar. Ausencias y presencias. Manos que aprietan con certeza escudos de antifaces o manos que se unen por primera o última vez. Miradas de niños que, incrédulos, comprobarán, en propia persona, que todo es cierto, y que el paraiso puede existir en forma de semana. 

Crucemos, pues, estas jornadas con debida alegría, pues mal que nos pese, y como dijo el poeta, es Primavera y el sol borra penas y preguntas...

27 mayo, 2013

Llámenlo "X"


 
 Si como cada año se celebran no pocas Cruces de Mayo en patios, corrales, plazas y demás lugares, en esta ocasión traemos a este blog (moderno término para denominar aquestos pliegos) una Cruz que aunque puede ser apelada como tal quizá debamos aclarar que por su aspecto y disposición no puede por menos que sorprender al viandante.
 
 Enclavada en la collación de Santa Marina, o quizá de San Gil, su decoración responde al típico modelo para estos casos: farolillos, cortinas, macetas floridas y demás.



Sin embargo, la Cruz que la preside o bien está realizada en honor de San Andrés (que padeció martirio en cruz de tal modo) o alude al número diez según numeración romana, lo cual nos dejó un tanto perplejos.

 Como quiera que desconocemos motivos para disponer de tal modo la dicha Cruz, dejemos al avispado lector extraiga sus propias conclusiones.


12 abril, 2013

En Portada

 Como en aquesta bendita tierra trócanse con celeridad túnicas por volantes y capirotes por mantoncillos, no vendría mal recordar a los habituales lectores de estos pliegos cómo transcurrió aquella primera Feria que tuvo lugar allá por 1847. Quizás sepan vuesas mercedes, fue creación de vasco y catalán (curiosa amalgama, vive Dios) pues de tal condición eran José María Ibarra y Narciso Bonaplata quienes lograron del Municipio licencia para solicitar a la Corona una Feria de Ganados pues a su decir esa feria llevaba aparejado doble objetivo: promover mercantiles transacciones y dar aliciente a labradores y criadores de ganado para mejorar sus productos.

 Quedó autorizada, pues, dicha Feria para los días 18, 19 y 20 de abril de aquel año. Aquella Semana Santa habría sido familiar para actuales tiempos, pues no en balde de quince cofradías anunciadas sólo salieron las del Domingo de Ramos y Miércoles Santo, quedándose en sus templos las restantes merced al fuerte temporal de agua y viento que azotó la ciudad.


Fue el llamado Prado de San Sebastián lugar escogido para la Feria, y en ella al decir de las crónicas, se movieron 9.684 ovejas, 4.289 carneros o 4.111 cerdos, y para amantes de cifras, baste decir que el monto de negocio ascendió a nada desdeñable cifra de 316.000 reales. 

Mas no todo fueron cuestiones económicas, que habíase entoldado la calle San Fernando en ella se situaron tiendas de paños, peinetas, joyas e incluso curioso bazar marroquí, por no hablar de cómo en otra zona cercana se colocaron puestos de quincalla, juguetes de barro y latón, abanicos, y desde la Alcantarilla del Tagarete hasta la Enramadilla asentaron sus reales gitanas que freían buñuelos, y feriantes que ofrecían menudo, pescado frito y caracoles regados por vinos de Sanlúcar y el Aljarafe. 


Como no podía ser menos, en el coso de la Maestranza se lidiaron toros para la ocasión, alternando Juan Lucas Blanco, de Sevilla con Manuel Díaz “Lavi”, de Cádiz, lidiando reses de acreditadas ganaderías. 


 Al decir de las crónicas, y echamos mano del erudito hispalense Manuel Chaves Rey, fueron jornadas de gran actividad en el real, huérfano aún de farolillos y gallardetes por ser vez primera, que concluía a las once de la noche según Bando de la Alcaldía, aunque la lluvia hizo acto de presencia y deslució algo la Feria.

Baste, para concluir, cómo el Diario El Independiente resumía esos días: “No nos detendremos en pintar la vida y animación que notamos en ese feliz ensayo de lo que llegará a ser la feria de Sevilla, ni los atractivos que le prestaron la brillantez de la concurrencia que había establecido su paseo en este lado de la capital, porque sería imposible hacerlo comprender para los no hayan tenido el gusto de verlo.”    Tal fue la génesis de los días que nos aprestamos a vivir, y pese a transcurrir malos tiempos no por ello habrá que hacer menoscabo de tal Feria, aunque sea para pisar su albero de modo breve…


P.d. Con singular regocijo nos hacemos eco de cómo ha sido repuesta la palmera de San Juan de la Palma, a la que dedicamos no ha mucho unas palabras. Quede constancia de nuestra alegría por ello.

10 abril, 2012

Siete vidas.-

Concluyeron en buena hora, pues, Días Santos y con ellos algarabía de público, contento o disgusto de cofrades y general alivio para no pocos. Cuéntannos que temporal y lluvia no suelen ser amables compañeros de procesiones y Pasos, mas tengan por seguro vuesas mercedes que regular efeto causaron rogativas "ad petendam pluviam" ordenadas por Ordinario del lugar para saciar campos sedientos por pertinaz sequía.


A ello súmese exiguo número de hermandades que pudo hacer Penitencial Estación a Metropolitana Catedral para colegir que ha sido extraña Semana Santa, aunque algunos días salváronse y en ellos pudieron efectuar su salida con total lucimiento hasta más de treintena de corporaciones, sin contar con otras que cobijo hubieron de buscar por mor de inclemencia meteorológica.



Escueto resumen efectuaríamos de aquestos días, salvo en lo tocante a que pudimos acompañar a Imágenes de nuestra devoción a la par que contemplar cómo muchos disfrutaron de las suyas e incluso no faltó quien hizo sus primeras armas como nazareno o mozo costalero, lo que plácenos en grado sumo.


Echamos en falta penitencias antiguas, flagelantes y disciplinantes, y en menoscabo dello diremos que no corren tiempos propicios para tales prácticas, temiéndonos falten cofrades dispuestos a azotar sus lomos en penitencia arrebato, antes bien, soportan con frailuna paciencia petulancias y desdenes de espectadores poco respetuoso y hasta maleducados con cortejos e integrantes.


Item más, anotamos presencia de los más extraños mecanismos para capturar imágenes, algunos de peregrino aspecto.




Lucieron cofradías en sus recorridos acompañadas de singular gentío, que salvo contadas excepciones no viéronse solas sino rodeadas de fervorosas multitudes más deseosas, quizá, de escuchar a bandas o gozar con andares de andas, valga la redundancia.


Y como a río revuelto, ganancia de pescadores, tampoco faltó quien supo o pudo facer negocio en aquestas calendas.


Quedémonos con lo vivido, pues, y recordemos días pasados, que a buen seguro todos tenemos nuestra alma en armario y sabremos atesorar recuerdos hasta que en MMXIII llegue el vigésimo cuarto día de su mes de marzo.





10 junio, 2011

De Romería...



Durante aquestos días pasados tronar de pólvora y repicar atambores y gaitas han sido ecos habituales para este que os escribe. En lapso breve de tiempo, hemos llegado incluso a pensar, ilusos de nosotros, que retornado habíamos a calendas propias, por singulares razones que más adelante desgranaremos.



Es el caso que cada año, al parescer, varios miles de sevillanos, según antigua tradición, acuden a venerar a la Virgen de las Rocinas, allá por tierras del Condado, junto a marismas, pinos y bancadas de arena.




Quien sabe de esto, con frecuencia a él acudimos para soslayar dudas y evitar falaces confusiones, nos cuenta que en esta Ciudad tan devota costumbre va para más de dos siglos y que en sus comienzos era cosa de pueblo llano y humilde, de naturaleza almonteña o manriqueña, que no por vivir en Sevilla arrinconaba sus devociones ancestrales y cada año echábase a los caminos con modesta impedimenta y ánimo festivo.





Fúndanse, pues, hermandades en la Ciudad en torno a benditos simulacros o estandartes, llamados Simpecado, con los que, entronizados en argénteos carruajes, peregrinan dichas corporaciones por estas fechas de Pentecostés.





Camino duro y peligroso, constituía proeza recorrer las leguas que distaban hasta la Ermita, no tanto por lo inseguro de las sendas como por el peligro a extraviarse, salvar arroyos, lograr no atascarse en las sendas, sufrir el ataque de alimañas o las incomodidades de tal travesía por arenales y pinares.



Cuéntanme que no ha mucho construyóse espaciosa carretera, que los carromatos a motor transitan por ella a placer y que ello movió a muchos a allegarse a aquellos predios en tan señaladas fechas, produciéndose asombrosas aglomeraciones con incontables devotos y fieles que quedaban prendados tanto de la belleza formidable del lugar (en el mismo Coto de Doña Ana) como por la majestad que irradiaba la excelsa imagen de la Virgen con su Divino Infante en brazos.




Item más, que los caminos se atascaron de carromatos y galeras, que hubo puja y rivalidad en comodidades excesivas y en ornato recargado, que imposible ya era perderse y que las alimañas del campo huían despavoridas ante tamaña invasión de romeros, llevando incluso a la Autoridad a proveer de vigilancia los dichos caminos en previsión de atascamientos. Cabalgaduras, carretas, carriolas, faetones, enganches de todo tenor y un sin fin de bestias de carga eficientemente sirven como transporte a no pocos, aunque a fuer de ser sinceros, afírmannos que no son pocos los que a pié, convertidos en peregrinos, hacen los dichos caminos escoltando a sus Simpecados y cosa asaz fervorosa y piadosa resulta.




Más sin embargo, pese a modernidades y desvaríos, contra despropósitos y dislates, sigue habiendo grande devoción a la dicha Virgen y es prueba dello la ingente cantidad de devotos que siguen fielmente poniéndose bajo su protección y amparo; por no hablar de los que por graves razones han de quedarse sin venerarla pasan estas jornadas cabizbajos y meditabundos, añorando romerías anteriores y pensando en la del siguiente año. 



Invitados por leales amigos, no seremos remisos a visitar tal Romería. Cumplida cuenta daremos dello.

POST SCRIPTUM.


Acudimos a la Aldea, más fue vana nuestra ilusión de venerar en plenitud a tan Celestial Señora, que los mozos que la portan, haciendo gala más de fuerza bruta que de devota voluntad, provocaron no pocos desmanes, cayendo a tierra las andas y truncándose uno de los varales, por lo que los Oficiales de la Mesa de la Matriz Hermandad acordaron dar por finalizada la procesión antes de que concluyera como es costumbre y tradición. Y fue de lástima contemplar las amargas las amargas lágrimas de romeros y devotos.