04 abril, 2013

Sin cera (mente)


 Como bien sabrán vuesas mercedes, tocaron a su fin celebraciones semanasanteras, dejándonos agridulce sabor en paladar. Mucha cera por quemar, mucho por sentir, mucho por disfrutar quedó en el "debe" de estos días de marzo.


 Y justo resulta rememorar inclemencias meteorológicas que frustraron no pocas estaciones de cofradías, de modo que de poco sirvieron nuestras plegarias y rogativas. 



Habrá también que recordar cómo en aquestas jornadas se vivieron momentos de profundidad religiosa, de emocionante espiritualidad o simplemente de alegre vivencia, pues sin duda hablamos de días de Fiesta en su más correcto sentido. 



Dejemos para otros cronistas, mucho más avezados que quien escribe estos pliegos, aspectos alusivos a horarios, incidentes varios, sillitas en cruces de calles y hasta reserva de lugares en aceras, como nos ocurrió presenciando cierta cofradía, en la que cierta dama nos inquirió a que no la ocuparamos por hallarse aguardando a sus ocupantes, cosa que si decimos nos dejó estupefactos no faltaríamos a la verdad. 

 

 Decía el poeta que al ser Primavera el sol borra penas y preguntas, esperemos que al menos el astro rey se deje ver con más frecuencia que hasta ahora y dispongámonos a disfrutar de la más bella ciudad del orbe. 






19 marzo, 2013

En posición.-




Si pasan por esta plaza, no lo duden, disipen temores y remonten la rampa (aunque preferimos el término “tablao” con que la denominan los Mendoza, sus montadores y custodios), escálenla y contemplen, como no hace mucho hicimos en inmejorable compañía, la visión de la Plaza desde ese privilegiado otero de madera.

 Desciéndanla despacio, sin premuras, ojo avizor con inoportunos resbalones, saboreando cada zancada como hacen quienes la pasan Domingo de Ramos y Jueves Santo, asumiendo que esa bajada es desnivel o declive que conduce a inicio de recorrido ansiado durante semanas, y que cuando se alcanzan los adoquines de la plaza parece como si cada nazareno o penitente se sumergiera en mar de multitudes.

 Muchos aqueste año cruzaránla por vez primera, va para ellos nuestro recuerdo y para quienes inculcan amores y cariños a devotos Titulares a los que orar en toda ocasión. 


Elevamos súplicas a la Virgen de las Aguas que recibe culto en la Colegial del Salvador para que aplaque nubes y merme temporales, pues es cosa sabida lo poco lucidos que resultan estos días que se avecinan empapados en lluvias. Disfrútenlos hasta el hartazgo, que por ello es llamada Semana Mayor la que nos disponemos a vivir con gozo. 





12 marzo, 2013

Balcones.-



Era público y notorio, antaño, cómo altos estamentos sociales, gentes de acomodado vivir y pueblo llano rivlizaban por lograr privilegiados lugares desde donde participar o cotemplar desfiles, cortejos o procesiones, gozando para ello de plateas en balaustradas, triforios o tribunas, bien fuera en templos, teatros o plazas.


Para mi sorpresa, observamos que mantiénese dicha costumbre, pues no menos curioso resulta comprobar en aquestos cuaresmales días que numerosos vecinos ponen en renta sus balconadas, bien en casas próximas a carrera oficial, bien en edificios por las que ésta pasa, con fin crematístico para que gentes ajenas accedan, previo abono de unos maravedís, a tales alturas y puedan disfrutar de preferente visión en las estaciones penitenciales que en breve, si el tiempo no lo impide, acaecerán en esta Hispalis nuestra.


Empero, no es menos curioso comprobar como no hace mucho, visitando cierto lugar, muy cartujano por otra parte, encontramos solución de lo más acertada y compuesta para quienes posean exigua faltriquera, y a fe que aunque sea cubículo reducido y hasta incómodo, debidamente instalado podría suponer extraordinaria atalaya desde la que disfrutar de tránsito de cofradías, y que a buen seguro en cierto comercio de impronunciable nombre y nórdica procedencia venderíanse como rosquillas de Santa Inés. 


Todo ello sin menoscabo de la baratura que supondría hacer acopio de colgaduras y reposteros con que ornar tales balcones. 

04 marzo, 2013

Vísperas de vísperas.-


Casi a hurtadillas, entrando en cualquier templo, hemos apreciado no sin cierta alegría, cómo prodíganse o brotan en no pocos sitios ciertos esqueletos hechos de pesado hierro.

Para cualquier profano en materia, quizá resulten confusas estructuras o inexplicables artilugios, pero es bien sabido que soportarán, en cuestión de jornadas, terciopelos, maderas, orfebrerías, y lo que es más notorio, a benditas Imágenes de singular devoción prestas y dispuestas a su anual veneración por las calles de la ciudad. 


Item más, en San Francisco comienzan a erguirse plateas o andamios desde donde contemplar desfiles procesionales (discúlpesenos por tal expresión), o mejor dicho, cofradías, desde privilegiada atalaya reservada a escaso número de conciudadanos.

Todo parece conjugarse un año más, en fin, para que sobre osamentas de hierro (o madera, según casos) se revista la ciudad de mejores galas en espera de sus más ansiadas fechas. 


27 febrero, 2013

Giganta

 Gracias a gentil préstamo, agradecidos eternamente a quien dadivosamente nos ha proveído dello, no ha mucho obra en nuestro poder singular artefacto que captura imágenes y permite después que éstas sean vistos merced a complicados mecanismos de los que carecemos de idea mas permiten a este pobre mortal captar escenarios, monumentos, gentes y lugares con eficaz precisión y no menos mérito, aunque quizá dicho mérito debamos atribuírselo a aludida máquina que hace casi toda labor sin que nosotros tengamos mas que apretar cierto resorte.



Prueba dello son las instantáneas (creemos dícese así) que captábamos en la fría mañana de hoy que son protagonizadas, no podía ser menos, por cierta torre, crisol de estilos artísiticos y mescolanza de elementos moriscos y cristianos que nos tiene desde siempre sorbido el seso por su altura sin menoscabo de otras.

 
  
Disfrute, pues, amado lector de aquestos pliegos y si os placen tales imágenes por su composición, colorido y disposición ello nos alegrará en grado sumo.

 

12 febrero, 2013

Cuarenta días.-



 Sea bienvenida un año más vuesa merced, que a fe que anhelábamos vuestra arribada. Esperamos acudáis como cada año con vuestro secular cortejo de ceniza, incienso y cera, con naranjos a punto de estallar en blanco, con templos en que venérase a Dios y su Santa Madre merced a devotas imágenes de singular fervor, con gentes entregadas en cuerpo y alma a un legado que han recibido cual preciosa herencia de sus mayores y que materialízase en forma de ritos, liturgias y costumbres ligadas a cultos solemnes, ayunos y abstinencias de carne en viernes, trompeterías en descampado, retiros espirituales o nocturnos ensayos de mozos bajo andas. 


 
 Muchos circunstancias y peripecias han acontecido desde año pasado, unas inolvidables y otras que mejor resulta dejar en olvido, fíjese que incluso en vuestro discurrir celebraremos singular e inusual Via Crucis y, para más inri, hasta puede que tengamos nuevo Sumo Pontífice al timón de la Barca del Pescador, pero no es menos cierto que supone siempre ocasión para sereno regocijo aprestarnos a viviros sabiendo, item más, que a vuestra conclusión todo estará consumado y nos dispondremos a disfrutar, en mejor sentido de su palabra, de Fiesta Santa.  

 
De modo y manera que recibiremos contritos ceniza y os daremos digna salutación, noble Cuaresma, pues bien sabe vuesa merced que si siempre es bien acogida en esta su ciudad, no lo es menos en nuestro corazón


28 enero, 2013

Al por menor.-

Créanme quienes siguen aquestos pliegos que si ya en anteriores peripecias sufrimos feroces terrores, como cuando descubrimos escaleras que subían y bajaban por sí solas o cuando dimos cuenta de cómo es agora necesario hablarle a paredes para franquear puertas, en aquesta ocasión, por tratarse de aventura digna de ser narrada por célebre Manco de Lepanto, autor del Ingenioso Hidalgo, comprenderán que nuestros pavores hayan alcanzado cotas inimaginables. Mas vayamos por partes.

 Conocimos no ha mucho competente maestro relojero en la collación de Santa Catalina, que frente a su templo parroquial (que dicho sea de paso, prosigue infelizmenete clausurado), asentaba sus reales y ejercía su noble oficio entre péndulos, manecillas y ruedas dentadas. Exigua tiendecilla, acceder a ella suponía escuchar una perpetua melodía de tic-tacs que agradaba no poco a parroquianos.

 Desapareció relojería sin saber motivos, y bien que lo lamentamos cuando no ha mucho acudimos a ella y encontramos en su lugar extraño cubículo vivamente iluminado y repleto de curiosos anaqueles o estanterías tras cuyos cristales, protegidos de manos codiciosas, exponíanse no pocos alimentos y bebidas.


Apenas entrados en tal sitio, apreciamos total ausencia de tendero o mozo que atendiera clientela, sin que existiera mesa o banco en que poner mercancías y menos aún puerta a almacén o cosa similar. Si todo ello nos resultó cuanto menos sorprendente, más aún fue, rayano en paroxismo, escuchar como  una voz, femenina sin duda y no exenta de aterciopelado eco, nos daba bienvenida a aquel lugar; y vive Dios que intentamos sin éxito trabar conversación con dicha fémina, que sin embargo sólo repetía, incesante, misma frase y tono, ignorando de dónde procedía.

 Resignados a nuestra suerte, procuramos adquirir algunos de los bocados que aparecían dibujados con vivos colores en las antedichas repisas, incluyendo extraños panes y no menos curiosas tortas que nos dicen proceder de Italia y se prodigan muchos en estas calendas, hasta que finalmente colegimos que era menester introducir algunos maravedís en dichos artilugios y aguardar a que brotasen, como por ensalmo, de ciertos orificios practicados en ellas.

Añadir leyenda
Quede para otra ocasión relatar otro tipo de curiosísimos aparejos y enseres que también exponíanse, pues por apariencia y aspecto no dudamos que han de procurarse para ocasiones ciertamente de alcoba, mas como dicen gentes de farándula, mejor hagamos "mutis por el foro" en este tenor, que no es aqueste lugar para disquisiciones sobre tales aperos.