07 julio, 2013

Calle del Rey



 Aunque hora llamada Betis por símil con el nombre romano del llamado Río Grande por los musulmanes y Guadalquivir por nosotros ahora, no deja de ser llamativo que tal vía, que mide 618 metros, tuviera como nombre, allá por el siglo XV el de “Calle del Rey” y ello se debiera a singular suceso que tomando prestada la crónica de Maese Macías relataremos a continuación:

Corriendo los años de 1359, el monarca castellano Don Pedro I (Cruel o Justiciero, tómese el apodo que más plazca al lector) se había apropiado de ciertas rentas que legítimamente pertenecían a la Iglesia, de modo que el prelado, celoso de sus privilegios, resolvió enviarle al rey el oportuno requerimiento notarial para que restituyera las cantidades de las que se había apropiado.

Conocedor el Notario de cómo se las gastaba Don Pedro, iracundo y de genio vivo como era, resolvió aprovechar que cierto día éste paseaba a caballo por la orilla del río que daba a Sevilla para, desde una embarcación que se había proveído, reclamar de viva voz las antedichas rentas. Mas como el soberano daba la callada por respuesta ignorando la reclamación, envalentonado el Notario, comenzó a lanzarle anatemas e improperios, seguro de que tales agravios no llegarían a los reales oídos. 

 Craso error, pues Don Pedro, montó en cólera (que no era el nombre de su caballo), espoleó a su cabalgadura y lanzóse al Guadalquivir para dar escarmiento al lenguaraz, quien pudo escapar merced a los remos de su barca y a que la rápida corriente fluvial arrastró al rey, y de no ser por su caballo, habría perdido la vida, alcanzando, algo maltrecho, la orilla del río que ahora llamamos Betis. 


18 junio, 2013

A peseta.-



Que en aquestos tiempos hay que apretar cinturón y abrir lo menos posible la faltriquera, que ante precios desorbitados no queda sino ahorro y recorte, que debido a alza de costes todo parece confabularse en contra del sufrido ciudadano es cosa ya sabida por común de los mortales, de modo que no seremos nosotros, humildes cronistas, quienes incidamos en tal asunto.


  Sin embargo, no podemos por menos que reseñar curiosa iniciativa de cierto caballero motorizado, quien por un lado pretende dicho ahorro y por otro reivindica retorno de cierta moneda rubia ligada a la Historia de España durante años y que fue sustituida por otra allá por 2002 si la memoria no nos falla.

    Broma o asunto serio, no deja de ser cuestión curiosa y como tal la reseñamos.


27 mayo, 2013

Llámenlo "X"


 
 Si como cada año se celebran no pocas Cruces de Mayo en patios, corrales, plazas y demás lugares, en esta ocasión traemos a este blog (moderno término para denominar aquestos pliegos) una Cruz que aunque puede ser apelada como tal quizá debamos aclarar que por su aspecto y disposición no puede por menos que sorprender al viandante.
 
 Enclavada en la collación de Santa Marina, o quizá de San Gil, su decoración responde al típico modelo para estos casos: farolillos, cortinas, macetas floridas y demás.



Sin embargo, la Cruz que la preside o bien está realizada en honor de San Andrés (que padeció martirio en cruz de tal modo) o alude al número diez según numeración romana, lo cual nos dejó un tanto perplejos.

 Como quiera que desconocemos motivos para disponer de tal modo la dicha Cruz, dejemos al avispado lector extraiga sus propias conclusiones.


20 mayo, 2013

Hasta el sol se detiene.-

 Dictamos estas letras aún impactados por la belleza de una mañana nublada en plena marisma.





Madrugamos no poco, y merced a amistosa y nunca bien agradecida invitación, pudimos en la jornada que hoy culmina, acudir a venerar a Santa María del Rocío en su anual procesión de Pentecostés.
 



Pocas palabras bastan para alabar su devoción e implorar su favor, mas como de gente bien nacida es ser agradecida, sirvan estas pobre imágenes como testimonio de un día iluminado por su enigmática sonrisa.




Sólo nos queda rogar a tan celestial Señora nos de venideras ocasiones para postrarnos a sus plantas como hoy hemos hecho y que, además, cubra con su manto inefable a todos a quienes queremos y apreciamos, en especial a los lectores de estas líneas y para que nuestro rumbo, bajo el timón del tierno Infante que tan preclara y bendita Dama porta en su regazo, alcance buen puerto en todo lo que hemos emprendido.

 

15 mayo, 2013

Por caminos y veredas.-

 
El recio estampido de la pólvora nos hizo por un momento temer que se había producido alguna revuelta o motín, o que éramos invadidos por gentes de naciones extranjeras. Sin embargo, recordamos que tal estruendo respondía a la salida de las hermandades que rinden culto a Santa María de las Rocinas, que en estos días celebra su famosísima Romería.

 
 


Muchos anhelarán en estas fechas el trajín que suponía en preparar vituallas, adecentar carromato, limpiar enseres o aprestar ropajes y sombreros, de modo que todo quedaba dispuesto para emprender camino y cambiar asfalto por arenales, abandonar rutina de trabajos por sonar de gaita y tamboril, perder por unos días frenético ritmo diario y sustituirlo por el cansino paso de bueyes mientras repiquetean campanillas en carreta de plata.
 

 Para aquellos que por ventura poseen oficio, o para quienes por causa de fuerza mayor no pueden este año participar en tan señeros cultos y regocijos, reconfortémonos, pues, con saber que tan excelsa Señora nos aguarda todo el año, al fin, en su ermita rodeada de marismas, y confiemos en que Ella nos proporcione la enorme dicha de venerarla para contarle penas y alegrías.


07 mayo, 2013

A las puertas.-



Era frecuente en mis tiempos decorar las puertas de las mansiones y palacios con innumerables detalles que engrandecían a sus propietarios y de ello ya hemos dado cuenta en alguna ocasión: http://alonsodeescalona.blogspot.com.es/2012/01/como-hablarle-la-pared.html


Sin embargo, en estos actuales tiempos, hemos comprobado como las dichas puertas ahora sirven para que de ellas salgan y entren personas o sorprendentes vehículos y que además, se vean decoradas con curiosas escenas que rememoran sucesos o escenas, siendo de destacar el arte con que algunas se ven pintadas…


Aunque quizás nos halla llamado poderosamente la atención dos representaciones pictóricas de singular apariencia por la temática y por poner de manifiesto, a las claras, las devociones del propietario de la vivienda en cuestión:



24 abril, 2013

Valladares

Entre las trianeras calles de San Jacinto y Fabié, se encuentra un callejón poco transitado, y durante mucho tiempo sin salida, que alberga en su interior una entrañable muestra de devoción a la Reina de las Marismas; pero como siempre, vayamos por partes.

Desde el Altozano, y tomando por la antes referida San Jacinto, bastará con tomar la primera calle a la izquierda, encontrarnos con la calle Valladares. En 1665, ya aparecía con el nombre de Balladares, al parecer en honor a un vecino de Aznalcóllar que en el siglo XVI se estableció como ollero en esa zona. Hay que tener en cuenta que el gremio de olleros y ceramistas tuvo carta de naturaleza en Triana

 Tuvo este antiguo callejón nombres tan curiosos como “Del Turco” o “Pastelería”, hasta que por los años de 1868 (siguiendo siempre a trianeros cronistas como Manuel Macías) tomó el nombre por Juan de Valladares, natural de Aznalcázar y que vivió entre los años de 1533-1615; personaje dedicado al oficio de ollero (hogaño, ceramista) y cuya fama al parecer radicó en su labor artesana, proseguida por su hijo Hernando, autor, por ejemplo de azulejos que decoraron no pocos cenobios y templos hispalenses y hasta peruanos.

 Sin embargo, y con todo, lo que más nos ha llamado la atención es la presencia de monumento a la imagen de la Virgen del Rocío en tan recoleto lugar (ahora que se acerca su fervorosa Romería en almonteñas tierras), costeado el dicho por grupo de fieles devotos en 1997, aunque la escultura fuera ejecutada antes, en 1973, por el catedrático Francisco Maireles, piadoso rociero y cofrade de quien se guarda gran memoria en esta ciudad y en otras como Sanlúcar de Barrameda.

 
Quede constancia de tan recóndita calleja en pleno corazón trianero, invitando a quien desee descubrirla que lo haga sin demora. 


12 abril, 2013

En Portada

 Como en aquesta bendita tierra trócanse con celeridad túnicas por volantes y capirotes por mantoncillos, no vendría mal recordar a los habituales lectores de estos pliegos cómo transcurrió aquella primera Feria que tuvo lugar allá por 1847. Quizás sepan vuesas mercedes, fue creación de vasco y catalán (curiosa amalgama, vive Dios) pues de tal condición eran José María Ibarra y Narciso Bonaplata quienes lograron del Municipio licencia para solicitar a la Corona una Feria de Ganados pues a su decir esa feria llevaba aparejado doble objetivo: promover mercantiles transacciones y dar aliciente a labradores y criadores de ganado para mejorar sus productos.

 Quedó autorizada, pues, dicha Feria para los días 18, 19 y 20 de abril de aquel año. Aquella Semana Santa habría sido familiar para actuales tiempos, pues no en balde de quince cofradías anunciadas sólo salieron las del Domingo de Ramos y Miércoles Santo, quedándose en sus templos las restantes merced al fuerte temporal de agua y viento que azotó la ciudad.


Fue el llamado Prado de San Sebastián lugar escogido para la Feria, y en ella al decir de las crónicas, se movieron 9.684 ovejas, 4.289 carneros o 4.111 cerdos, y para amantes de cifras, baste decir que el monto de negocio ascendió a nada desdeñable cifra de 316.000 reales. 

Mas no todo fueron cuestiones económicas, que habíase entoldado la calle San Fernando en ella se situaron tiendas de paños, peinetas, joyas e incluso curioso bazar marroquí, por no hablar de cómo en otra zona cercana se colocaron puestos de quincalla, juguetes de barro y latón, abanicos, y desde la Alcantarilla del Tagarete hasta la Enramadilla asentaron sus reales gitanas que freían buñuelos, y feriantes que ofrecían menudo, pescado frito y caracoles regados por vinos de Sanlúcar y el Aljarafe. 


Como no podía ser menos, en el coso de la Maestranza se lidiaron toros para la ocasión, alternando Juan Lucas Blanco, de Sevilla con Manuel Díaz “Lavi”, de Cádiz, lidiando reses de acreditadas ganaderías. 


 Al decir de las crónicas, y echamos mano del erudito hispalense Manuel Chaves Rey, fueron jornadas de gran actividad en el real, huérfano aún de farolillos y gallardetes por ser vez primera, que concluía a las once de la noche según Bando de la Alcaldía, aunque la lluvia hizo acto de presencia y deslució algo la Feria.

Baste, para concluir, cómo el Diario El Independiente resumía esos días: “No nos detendremos en pintar la vida y animación que notamos en ese feliz ensayo de lo que llegará a ser la feria de Sevilla, ni los atractivos que le prestaron la brillantez de la concurrencia que había establecido su paseo en este lado de la capital, porque sería imposible hacerlo comprender para los no hayan tenido el gusto de verlo.”    Tal fue la génesis de los días que nos aprestamos a vivir, y pese a transcurrir malos tiempos no por ello habrá que hacer menoscabo de tal Feria, aunque sea para pisar su albero de modo breve…


P.d. Con singular regocijo nos hacemos eco de cómo ha sido repuesta la palmera de San Juan de la Palma, a la que dedicamos no ha mucho unas palabras. Quede constancia de nuestra alegría por ello.