16 septiembre, 2019

Pequeña historia de un cuadro grande.

Audio de la sección Hispalensia, emitido en el programa "Estilo Sevilla" el lunes 16 de septiembre de 2019.
 

Con la ilusión de quien estrena un cuaderno, retomamos nuestra colaboración semanal en Estilo Sevilla gracias al empeño del gran Antonio Bejarano, con lo cual intentaremos en esta temporada desgranar aspectos, detalles y anecdotas en torno a obras de arte sevillanas, bien poco conocidas, bien merecedoras de nuestra atención y de la de los oyentes. 

 A propuesta del Sr. Bejarano, arrancamos por tanto en esta ocasión con uno de los lienzos de mayor tamaño colgados en Sevilla, un lienzo relativamente reciente, data de 1966, y que fue pintado por un nazareno de bocina de la Hermandad de la Amargura, nacido septiembre de 1893 en la misma calle donde tuvieron taller Pedro Roldán, Duque Cornejo o Juan Manuel Rodríguez Ojeda, casi nada. 

Pintor afamado del que se conocen más de 2.000 obras en su catálogo, director de la Escuela de Artes y Oficios, Catedrático, Director del Museo de Bellas Artes, el curriculum del autor de esta obra que comentamos daría para libros enteros, como así ha sido, y además con la particularidad de haber sido un artista poco dado a las vanguardias, manteniendo el sano estilo costumbrista de sus maestros García Ramos o Gonzalo Bilbao. A buen seguro los oyentes sabrá ya de quien estamos hablando; efectivamente se trata del pintor Alfonso Grosso Sánchez, ojo, no confundir con su sobrino el novelista, de mismo nombre y primer apellido y que ideológicamente anda en las antípodas de su tío, basta con leer sus textos y narraciones. Alfonso Grosso es, pues, el autor de esta obra cuyo título aún no hemos desvelado. Si afirmamos que se titula “Alegoría de la Consagración del Misterio de la Inmaculada Concepción” poco ayudaremos, pero si aclaramos que está colgado en la catedral de Sevilla, sobre la Puerta de la concepción en el crucero, muchos ya se habrán situado y habrán reconocido de qué obra se trata. 

 Sí, en efecto, es la Inmaculada, esa Inmaculada. 

 En 1904 se había cumplido el cincuenta aniversario de la Bula papal “Ineffabilis Deus”, documento pontificio que ratificaba la creencia en el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, algo que en Sevilla, desde el siglo XVII, se había jurado defender incluso con sangre, como los cofrades de la Hermandad del Silencio, con su hermano mayor Tomás Pérez a la cabeza sostuvieron. Con motivo de la efemérides, son palabras del propio Grosso, el siempre recordado beato cardenal Spínola encargó un cuadro al pintor Virgilio Mattoni, cuadro que finalmente quedó ubicado en el palacio arzbispal; con el paso de los años, en 1940 el alcalde de sevilla Eduardo Luca de Tena encarga un boceto de la Inmaculada a Grosso empleando para ello el dinero de una colecta realizada por los empleados municipales.

 El boceto contó con el beneplácito de la Real Academia de Bellas Artes, del Cabildo de la Catedral y del propio Cardenal Segura, pero la enfermedad de éste pospuso todo el proyecto hasta que el cardenal Bueno Monreal, decide relanzarlo. Para ello, dadas las dimensiones del cuadro (6 x 8 metros, ni más ni menos) contará con unas dependencias cedidas por la casa de Alba en su Palacio de las Dueñas, por no hablar de la ayuda económica de instituciones como el Ayuntamiento, la diputación provincial, hermandades como la Macarena, el Silencio o la sacramental del Sagrario, o instituciones como el Círculo de Labradores o las Esclavas. 1966, por tanto es el año. 

El año de la cabalgata de reyes magos enmedio de una tarde de muchísima niebla, con el rejoneador Alvaro Domecq como Baltasar, el año en el que la pila del pato se traslada a la plaza de san leandro, en el que la Hermandad de los Estudiantes se traslada a su actual sede de la antigua Fábrica de Tabacos, el año en que la Casa de los Pinelo pasa a propiedad municipal y el año en el que un chaval de apenas 16 años talla su primera dolorosa, la Virgen de Guadalupe, Luis Álvarez Duarte en el recuerdo siempre. 

 Ante la envergadura del encargo, Alfonso Grosso, que nos ha dejado obras tan entrañables como el Monaguillo del museo de BBAA o varias pinturas de temática cofrade, entre otras, ha de rodearse de una serie de colaboradores que le hará más facil su tarea. Así, contará con los pintores Rafael Rodríguez y José Espinosa, con el tallista José Bergali para la moldura y con el dorador Luis Jiménez, por no hablar de Luis Rank y José Manuel Naranjo quienes acometerán la delicada faena del traslado, el martes 15 de marzo de 1966, y colocación del cuadro a los muros catedralicios. 

Como curiosidad, fotos de Serrano recogidas por ABC muestran que el lienzo, enrollado sobre sí mismo fue llevado a hombros desde las Dueñas hasta la catedral, haciendo su entrada por la Puerta de los Palos. 

 La bendición, recogida por la prensa sevillana, tuvo lugar el domingo 27 de marzo de 1966 por el entonces aún arzobispo Bueno Monreal, asistiendo el capitán general de la II region Teniente general Maroto, los presidentes de la Diputación y el gobernador civil y el alcalde Moreno de la Cova. Intervinendo en la escolanía Virgen de los Reyes. 

 Obviamente, el motivo central de esta pintura que comentamos es la propia imagen de María Inmaculada, representada dentro de lo cánones clásicos, con manto azul y túnica rosada, manos entrelazada y con el rostro de la venerada Esperanza Macarena, que había sido coronada canónicamente hacía entonces escasos dos años; precisamente en ese 1966 el Papa Pablo VI otorgaba el rango de Basílica Menor al templo de su Hermandad. Al pie de la Inmaculada, a la izquierda se puede contemplar al pontífice Pio IX imponiendo sus manos sobre las escrituras sostenidas por un ángel, mientras que a la derecha se sitúa un cardenal (¿Spínola?) revestido con capa pluvial azul, color litúrgico de la Inmaculada tomado de la liturgia hispalense y que se extendió a toda la cristiandad, además de un nazareno con túnica de cola negra, perteneciente a la Hermadandad del Silencio que se levanta el antifaz para contemplar a la Inmaculada, así como una pareja de niños seises, vestidos de azul, que se acompañan de la bandera concepcionista y del simpecado de la Hermandad Sacramental del Sagrario.

19 agosto, 2019

Cuando pasen siete años...

Cuando pasen siete años, quien te volverá a Ti a ver...




Siete años de cuestas arriba, de malos tragos, de renquear casi sin posibilidad de hacer parada, de bocas secas, de carril polvoriento y oscuro.

Siete años de rostros desvaidos, de semblantes perdidos entre la bruma, de dientes apretados, de zancadas lentas, de dolor. Sinsabores. Decepciones. Tristezas.

Pero también siete años de sendas repletas de olor a campo, de buchitos de felicidad, de manos que se entrelazan, de luz en los gestos, de sabor a primavera encontrada.

Siete años de encuentros, de descubrimientos, de cambios, de muchos cambios, de cariños nuevos y antiguos. Satisfacciones. Alegrías. Ilusiones.

Tiempo antiguo, tiempo nuevo.

Siete años de vida, de tú vida y la mía. De nuestra vida.

Cuando pasen siete años...

07 agosto, 2019

Algo tendrá cuando la bendicen...

En nuestro paseos por sanluqueñas tierras, topamos con aqueste cartel o pasquín, que llamó poderosamente nuestra atención, por lo atinado de sus letras, lo devoto de sus consejos y lo ejemplarizante de sus propiedades.

Poco más añadiremos, salvo que es pena no incluir a la manzanilla y sus efectos beneficiados, e influirán nuestros lectores que no nos referimos a infusión o brebaje similar...

13 agosto, 2018

La Plaza de Agosto.-

Como parece que Don Alonso de Escalona se nos ha marchado temporalmente de vacaciones estivales, o al menos eso nos indicó por misiva escrita, en esta ocasión cambiaremos de modo de transmisión, pues esta vez será nuestra voz la que cuente curiosa historia acerca de la Plaza de la Virgen de los Reyes.

Esperamos os plazca, fue emitida en el programa radiofónico "Estilo Sevilla" el 13 de agosto.



30 julio, 2018

Un ciento y cincuenta.-


Mucho ha acontecido desde aquel primer pliego allá por marzo de 2011; aletargados por tan gran tiempo somnolientos, pudimos comprobar como la Urbe que conocimos y amamos había mudado de tal forma su apariencia que nuestra congoja fue no poca.


De tal modo, y siguiendo sabios consejos, nos propusimos, para espantar temores, poner por escrito nuestras andanzas, quehaceres y desventuras, y por tanto, durante estos siete años, en ciento cuarenta y nueve pliegos, hemos narrado sucesos peregrinos, acontecimientos anuales, historias desconocidas, descripciones pormenorizadas, críticas despiadadas, narraciones imaginadas, periplos enjundiosos, viajes a tierras extrañas o simplemente aquello que en momento concreto llamó nuestra atención y merecedor fue de ser descrito.


En tanto tiempo mucho hemos cambiado en lo malo y bueno, han marchado a presencia del Creador  gentes amadas pero han llegado otras muy queridas, incluyendo amada esposa y tierno infante que literalmente ha puesto nuestras vidas del revés y que con sus ocurrencias, gracias y travesuras hace nuestras delicias y que supone gran don del Todopoderoso por el que agradecidos estaremos siempre.

 

 Por todos ellos, y por todos cuantos siguen, leen, disfrutan o denostan este humilde Blog va este 150° pliego, en la confianza de que seguiremos, no lo duden, por estos lares. Agradecidos siempre, que el Señor os lo pague con creces.

22 junio, 2018

Lances de amor.-

Hemos andado unos días ciertamente  mohínos, por acaeceres de la vida, de modo que aqueste pliego sirva para echar a caminar de nuevo, que cosa funesta sería no aplacar tristezas con andanzas. 

Créannos vuesas mercedes si afirmamos con certeza que cualquier tiempo pasado fue mejor en cuestiones de amoríos; era el cortejo de la dama paciente empeño que necesitaba de galanterías, dádivas, palabras exquisitas e inmejorable trato si uno deseaba alcanzar el favor de la anhelante dueña de su corazón.

Existían, es cierto, modos y maneras. Bebedizos y filtros, oraciones y conjuros, amuletos y supersticiones, estratagemas "non sanctas" para llevar a cabo tal logro, mas algunos cayeron en manos de alguaciles, o peor, del Santo Oficio por excederse en sus artimañas, con lo cual quedaron a dos velas, nunca mejor dicho. 

No dejaremos en el tintero, empero, aquellos otros que simplemente recurrían al socorro de la Mancebía y sus "doncellas", práctica poco cristiana, insana y nociva y que hasta podía traer fatal desenlace por contraer el "mal francés" o cualesquier otra afección de inescrutables consecuencias. 

Viene todo esto a colación de extraño pasquín hallado no lejos de la Puerta que llaman del Osario, en la que un galán reclama la atención de cierta damisela, mas parece ser que o bien ella muéstrase desdeñosa o bien porque el olvidadizo pretendiente adolece de experiencia, todo ha quedado, entendemos, en desolador encuentro por proporcionar de mal modo unos números que suponemos han de ser como secreta clave para que el amorío prospere.


No seremos quienes hagamos de trotaconventos o alcahuetes proporcionando tal número, mas convendrán con nosotros que no deja de ser curiosa forma de trabar contacto ajena a cortesías, gentilezas, pleitesías y reverencias... 

P.D. Si la dama en cuestión leyera aquestas líneas, mándenos recado y gustosamente daremos razón.

07 junio, 2018

De buena fuente.-



Aunque ahora claman sobre manera voces que solicitan más, hemos de decir que en nuestra época, ya lo contamos en oportuno pliego,  abundaban fuentes y surtidores en aquella urbe hispalense. Servían, que duda cabe, para cubrir necesidades elementales de no pocos sevillanos que carecían del suministro de los mal llamados Caños de Carmona (pues ni son caños, sino romano acueducto, ni provienen de tan bella ciudad, sino de Alcalá de los Panaderos o de Guadaira) y que en caso contrario debían recurrir a pozos de agua salobre que finalmente se volvía inmunda, con el consabido perjuicio.

No hace muchas mañanas, dando agradable paseo con magníficas temperaturas junto a nuestro joven aprendiz, descubrimos singular monumento. Acercándonos al mismo, descubrimos inscripción en él que nos aclaró su fecha: 


Intuímos que tal reseña alude a la Exposición Iberoamericana de 1929, aunque más tarde descubrimos en docta publicación que la fuente no había sido sino exigua farola en principio, y que fue erigida en otros lares de la ciudad, próximos a campo de juego verdiblanco, hasta que en 1972 pasó a ocupar su actual emplazamiento, convertida en surtidor, en la Avenida que llaman de Málaga.


Mas si agradablemente sorprendidos quedamos por la bella factura (debida a José Lafita Díaz) de tan airoso ingenio hidráulico, conmovidos hasta extremos inenarrables quedamos igualmente al contemplar otra fuente de minucioso diseño, meritorio dibujo y complicado herraje, esta vez, recientemente ubicada frente a antigua estación de ferrocarril, no lejos de la primera.

Altamente emocionados, hasta con lágrimas en los ojos, admiramos tan tremendo artilugio que sin duda pasará a los anales de la historia por su inconmensurable hermosura y por elevar hechura a cotas inimaginables; juzguen, juzguen vuesas mercedes y convendrán con nosotros, vive Dios, que espanta tamaña grandeza (como dijo aquel):



29 mayo, 2018

Querellas de Corpus.-



Aconteció una fresca mañana de Corpus de 1578 (el año disculparan no lo tenga seguro), no bien la procesión de la Santa Iglesia Catedral transcurría por la Collación del Salvador. Aprestados en una esquina de la calle de Talabarteros (esa que agora vuesas mercedes llaman de Álvarez Quintero por utreranos escritores de comedias) nos disponíamos a contemplar el cortejo, con su algarabía de Tarasca, Danzas, Cantos y Músicas, con sus carros decorados a cuál más cuidado por sus respectivos Gremios, cada cual con su pendón, con sus Cofradías y sus coloridos estandartes, con sus andas portando santos y reliquias, cuando surgió la pendencia. 

Un galán, boquirrubio y , con voz aguda y lleno de cintas y encajes, requirió de malas maneras a cierto caballero que apartara su presencia de él, pues afirmaba no poder ver el discurrir de la procesión, a lo que el caballero, apretando ya mano sobre empuñadura de su toledana, sugirió que buscase otro lugar, pues él llevaba cogiendo sitio desde antes que los mozos del Cabildo esparcieran el romero por las calles y que ni en sueños pensaba en moverse. 

El pisaverde, que se hacía acompañar de cierta damisela emperifollada "ad nauseam" para la festividad, no parecía dar su brazo a torcer y de nuevo reclamó, esta vez con peores modos y espantosa urbanidad que el caballero abandonase su sitio, increpándolo de viva voz. Y lo que es peor, criticó con acritud, para regocijo de algunos, los malos los olores que desprendía y que, quien sabe, a buen seguro tuviera sangre judía, lo que explicaría el tamaño de su nariz. 

Herido en su honor, antiguo Alférez en Indias, atezado en la espada y sanguíneo de carácter como era, con rutinario movimiento el caballero pensó que hasta aquí se había llegado, sacó a relucir raudo el acero y certero atravesó con él el pecho del petimetre, bisoño en esgrima sin duda, que puede decirse feneció en lo que se tarda en decir "Amén" mientras en ese instante pasaba, creemos recordar, el Niño Jesús de la Cofradía del Sagrario. 

Gritos, carreras, algún que otro vaído y sorpresa general, el caballero marchó con pasos apresurados hacia la Plaza del Pan sorteando la multitud y nunca más se supo de él por más que alguaciles y corchetes intentasen prenderlo. Los canónigos, capellanes y racioneros, apesadumbrados por tan inoportuno incidente, apenas dieron los santos óleos al moribundo, acordaron proseguir con la procesión y aplicar la Misa Solemne de Pontifical en sufragio del alma del desdichado galán.



Con el paso del tiempo, acordóse instalar Cruz, de hermosa factura en jaspe, que recordase tan desdichado suceso, Cruz que a la postre llamóse de los Polaineros por ser este el Gremio que cuidase de ella con solícito empeño. Y cuéntase, que allá por 1840 fue retirada de allí y situada en el Patio de los Naranjos del Salvador, dónde aún permanece.