Indagadores por naturaleza como somos, y dados a merodear por calles y plazuelas en pos de la curiosidad o el detalle, cierta mañana deambulábamos por calle de los Abades cuando dimos con peculiar y metálica hendidura hecha en la madera de cierta casa palaciega.
Si bien es cierto que su cometido, sin duda, es facilitar la llegada de correo postal a tan señalada morada, sede de doctas academias, no lo es menos que gracias a ella es posible, aunque sea una pizca, atisbar el interior de antedicho lugar, lleno de arte e historia y recomendable en su visita.