04 abril, 2013

Sin cera (mente)


 Como bien sabrán vuesas mercedes, tocaron a su fin celebraciones semanasanteras, dejándonos agridulce sabor en paladar. Mucha cera por quemar, mucho por sentir, mucho por disfrutar quedó en el "debe" de estos días de marzo.


 Y justo resulta rememorar inclemencias meteorológicas que frustraron no pocas estaciones de cofradías, de modo que de poco sirvieron nuestras plegarias y rogativas. 



Habrá también que recordar cómo en aquestas jornadas se vivieron momentos de profundidad religiosa, de emocionante espiritualidad o simplemente de alegre vivencia, pues sin duda hablamos de días de Fiesta en su más correcto sentido. 



Dejemos para otros cronistas, mucho más avezados que quien escribe estos pliegos, aspectos alusivos a horarios, incidentes varios, sillitas en cruces de calles y hasta reserva de lugares en aceras, como nos ocurrió presenciando cierta cofradía, en la que cierta dama nos inquirió a que no la ocuparamos por hallarse aguardando a sus ocupantes, cosa que si decimos nos dejó estupefactos no faltaríamos a la verdad. 

 

 Decía el poeta que al ser Primavera el sol borra penas y preguntas, esperemos que al menos el astro rey se deje ver con más frecuencia que hasta ahora y dispongámonos a disfrutar de la más bella ciudad del orbe. 






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