Deambulando por el callejero hispalense como en nosotros es habitual, topamos el otro día con cierto muro que por un momento pensamos afortunadamente libre de pintadas o vítores tan frecuentes en aquestos días.
Sin embargo, lo que en principio parecía tapia inmaculada mudóse en extraña pared llena de macetas o tiestos, aunque por extraño sortilegio alguien, con dotes sin duda de nigromante, habría sustituído geranios, gitanillas o lo que fuera, por extraños símbolos que nos confundieron no poco, desde sortilegios indescifrables hasta juegos de palabras que nos llamaron a engaño.
Para más inri, el autor o autores de tan rara proeza firmaron su obra con reinvindicativo nombre, sin que sepamos, a ciencia cierta si la "acción poética" es perseguir a las damas con sonetos y ditirambnos o si eso de "mi arma" es que porque habrá pronto rebelión y arcabuces y mosquetes, dagas y rodelas, estarán pronto en manos de desaprensivos como ocurriera en 1652.