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18 junio, 2013

A peseta.-



Que en aquestos tiempos hay que apretar cinturón y abrir lo menos posible la faltriquera, que ante precios desorbitados no queda sino ahorro y recorte, que debido a alza de costes todo parece confabularse en contra del sufrido ciudadano es cosa ya sabida por común de los mortales, de modo que no seremos nosotros, humildes cronistas, quienes incidamos en tal asunto.


  Sin embargo, no podemos por menos que reseñar curiosa iniciativa de cierto caballero motorizado, quien por un lado pretende dicho ahorro y por otro reivindica retorno de cierta moneda rubia ligada a la Historia de España durante años y que fue sustituida por otra allá por 2002 si la memoria no nos falla.

    Broma o asunto serio, no deja de ser cuestión curiosa y como tal la reseñamos.


13 junio, 2012

Continental.-

Andan revueltas y agitadas las europeas naciones. En aquesta ocasión hay querellas y disputas, mas no paresce que sean por mor de religión o causa de lesa majestad, ni hay tronos vacantes o dinastías extintas; tampoco alianzas o tratados que haya que cumplir en pro de aliados lejanos, ni tan siquiera vengar afrentas o limpiar honor tras ofensas inferidas.


Teutones y galos pugnan por abrir brecha entre repúblicas y monarquías; lombardos, lusos y grecos no logran en principio alzarse con victorias, mientras que en Flandes, Balcanes o el Báltico escúchanse clamores y tambores.

Háblase incluso de recurrir a Padres Mercedarios por aquello de su demostrada capacidad para rescate (que bien que lo supo Maese Cervantes y Saavedra) o para mediar entre querellantes sin que prodúzcase cruento derramamiento.


Abundan debates en dietas y concilios, juntas y consejos, todos ellos buscando bien común y necesidad de solventar graves negocios que atañen a mercaderías y lonjas, a rentas y beneficios, a quiebras y bancarrotas, sin que súbdito pueda más que contemplar cariacontecido como su opinión cuenta menos que un ardite, o cómo barájanse gruesas cifras cual si se tratara de chícharos o altramuces.

Cosa asaz curiosa resulta cómo agora en tierras polonesas y ucranias celébrase singular disputa en pos de balón y a su final dirimir qué europea nación goza de mayor predicamento en cuestiones balompédicas, elucubrando quien suscribe por qué en estos torneos no dirímense litigios y pleitos entre estados y así evitar pléyade de parásitos y consejeros que hacen de política su medio de vida, quedando todo al albur de juego, azar y fortuna.


Mas como maliciamos no caerá esa breva, encenderemos par de codales a devota imagen que venérase en San Martín, no en balde advócase de la Europa. Que Ella nos proteja…

17 octubre, 2011

Turris Horribilis



Retornábamos a la ciudad que nos vio nacer tras breve estancia en la Villa y Corte por razones que al caso no vienen. Cruzando la llanura castellana, la senda nos había traído sinsabores y satisfacciones, mas llegando a su conclusión, en atardecida otoñal, gozamos de la debida recompensa de contemplar el caserío hispalense en lontananza, y recortándose y destacándose sobre él, la torre de la Iglesia Mayor, que aunque su basa sea mahometana el Maestro Hernán Ruiz rematóla con airoso cuerpo de campanas y coronóla con donosa veleta fundida por Morel.


Para el que llegaba a su Hispalis natal tras cierta estancia fuera della, distinguir abigarrado conjunto de torres y espadañas fue gozosa y sosegada experiencia, como regresar de Indias tras penosa travesía.



Rememorábamos aquel viaje cuando no ha mucho pudimos gozar de actual visión de la ciudad desde privilegiado otero. Enterradas entre edificios, sepultadas entre casas de elevada altura, cercadas hasta por cabrestantes de metal, apenas pudimos distinguir más que cuatro o cinco de aquellas torres con sus campanarios y eso aguzando no poco la vista pues no teníamos catalejo ni anteojos. Poco quedaba ya de aquel perfil erizado de espadañas, cúpulas y torres que oportunamente quedó reflejado en grabados y estampas de mi época.







El sonar de sus bronces, que llamaban a oración, doblaban a entierro, repicaban en días de fiesta o alertaban por fuego, queda agora enmudecido por molesto tronar  callejero y ruidoso transitar de carruajes, de tal manera que el oficio de campanero ha prácticamente desaparecido y sido cambiado por máquinas que tañen las dichas campanas, excepción hecha de la Colegial del Salvador donde se mantiene esclarecida familia de campaneros de preclaro apellido desde hace generaciones.





Cuéntannos que no lejos del Monasterio de las Cuevas edifícase en estos tiempos otra torre, y que esta rebasará en muchas varas la altura de la Giralda, que carecerá de campanas, que tendrá extravagante apariencia y que está siendo erigida según planos de un tal Maestre Pelli, sin emplear apenas aparejo de ladrillos o argamasa, sino hierro y vidrio, que aunque será cosa digna de ver, no menos mueve a escándalo lo gravoso de tal obra, los miles de ducados que costará y la función de la misma.




Item más mueve a escándalo que ni regidores de la ciudad ni habitantes de la misma haýanse opuesto a tamaño dislate e insensato despropósito. Cosa sorprendente será el no ver concluida dicha la construcción, y que desde ese momento el viajero que alcance la ciudad la tenga como primera vista en menoscabo y perjuicio de nuestras amadas y antiguas...












07 octubre, 2011

Poderoso caballero...

Las palabras son como monedas, que una vale por muchas
como muchas no valen por una. (Francisco de Quevedo, 1580-1645)


Cosa inevitable ha sido, desde que el Creador decidió que retornásemos a esta tierra, procurarnos sustento con el que vestirnos y alimentarnos, y para ello, merced a escueta herencia, contamos con las rentas de ciertas casas en la collación de San Salvador así como nuestro modesto salario de escribiente. Percibir las dichas rentas háse convertido en diaria preocupación y hemos de reconocer lo mucho que ha cambiado el cobro de tales recibos.


Poco queda de los doblones y cuartos recién salidos de la Casa de la Moneda, acuñados en dicha Ceca con el oro y la plata que provenían de Indias, que si ya cuando andábamos por este mundo hace siglos aquestos preciosos metales habían sido truncados por cobre o vellón, devaluados por la subida de precios, los maravedís de hogaño no valen un ardite, cuando no se han convertido en coloreados documentos en los que aparecen impresas cantidades de dinero que todos aceptan aunque ni el papel ni la tinta lo valgan.


Importante en grado sumo era tener a buen recaudo la bolsa o faltriquera para evitar la acción de malhechores, y si se salía a la calle era de obligado cumplimiento, por prudencia, anudar con fuerza la bolsa o faltriquera, que abundaban pícaros y manilargos prestos a su robo.



Basta agora con encaminarse a insólitos lugares, a manera de eclesiales confesionarios o conventuales tornos, donde se encuentran ciertos artefactos; con complicados botones y palancas, merced a resortes cuya labor no alcanzamos a comprender, expenden cantidades de ese papel moneda prestas a ser dilapidadas en comercios, tiendas o tabernas, siendo cosa admirable que haya alguien, a buen seguro de corta estatura, siempre aguardando, noche y día,  en el interior de las dichas máquinas, para proporcionar los tales caudales a quien disponga de cedulilla correspondiente.


Y aunque la banca non gozara de buena fama, por prohibir la Santa Iglesia la usura,  y aunque en Sevilla no prosperasen las casas de préstamo pese al empeño de muchos, proliferan ahora en toda la ciudad bancos y montes de piedad, y en ellos depositanse en ellos sus peculios, percibiendo por ello escuálidos réditos, con lo que más de uno piensa ya en retornar a la faltriquera o a guardar sus economías bajo seguro colchón.

Nos cuentan que en calendas como estas escasea el dinero, aunque viaje raudo sin necesidad de letra de cambio, que rentas y salarios peligran y que extranjeras potencias gobiernan las economías patrias; por nuestra parte encenderemos candelas y elevaremos devotas plegarias a San Carlos Borromeo, patrón de los bancarios, cuya fiesta se celebra el 4 de noviembre; quiera el dicho Santo que la situación se enderece…