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15 marzo, 2021

Días de reparto.

 

 No cabe duda de que uno de los documentos que más anhela, o anhelaba, adquirir cualquier cofrade en estas fechas es la Papeleta de Sitio, o lo que es lo mismo, el impreso que refleja que el hermano ha abonado la llamada Limosna de Salida o la cuota anual según el caso y que por tanto tiene derecho a acompañar a los Titulares de su Hermandad durante la Estación de Penitencia. La Papeleta, ni que decir tiene, se decora como no podía ser menos con una orla precisa y preciosamente dibujada, imágenes del Cristo o la Virgen de la corporación, el escudo y, por supuesto, tanto el número de antigüedad como hermano como el puesto que ocupará durante el recorrido (cirio, cruz, acólito, insignia, costalero...); incluso no faltan aquellas que vienen acompañadas de un sobre destinado a algún donativo para la Diputación de Caridad o incluso el ruego inevitable de los mayordomos: "¿Va a dejar algo para las flores del Paso?".


 Importante, al dorso de la Papeleta, algo que casi nadie lee: las normas de comportamiento para el hermano nazareno, acólito o costalero, con especial hincapié en la uniformidad del hábito penitencial en cuanto a colores, tamaño del antifaz, colocación de cíngulos o escudos, hebillas o guantes, amén de lo que vendría a ser una especie de "guía" para el buen comportamiento, ya que tampoco quedan en el tintero cuestiones como las prohibiciones de levantarse el antifaz, vagar por las calles antes o después de la cofradía o simplemente realizar actos que desdigan el espíritu penitencial de la misma, por no hablar de la mala imagen que supone para la Hermandad.

Las firmas del Hermano Mayor o del Mayordomo y Secretario, junto con el sello corporativo, darán la pertinente autencidad al documento, que quedará guardado como oro en paño en casa de nuestro cofrade hasta el día de la salida de la cofradía, cuando sea necesario portarlo para acreditar el derecho a participar en la procesión. Muchos guardan como estimados tesoros las papeletas de sitio de la infancia, otros, las archivan por años, hay quienes, en fin, las conservan a modo de testimonio escrito tras cada Semana Santa.

Ni que decir tiene que las Papeletas de Sitio, junto con la subvención del Consejo de Cofradías, obtenida de la gestión de las sillas de la Carrera Oficial, constituyen una más que importante fuente de ingresos para las hermandades, aunque muchas ya hayan preferido optar por unificar cuota de hermano y papeleta para así garantizar unos ingresos mínimos.  

Pero, ¿Desde cuándo se emplean las papeletas de sitio? A lo largo de la historia de las hermandades, sus escribanos o secretarios procuraban dejar constancia escrita de todo lo que acontecía en su seno, mediante libros de acuerdos o de actas, libros de asientos de hermanos o listas de cofrades que participaban en la anual Estación de Penitencia, listas que servían casi como control de acceso y para evitar, por qué no, la entrada o participación de personas ajenas a la Hermandad el día de la salida procesional, y listas, además, que eran (y son en muchos casos) leídas aún de viva voz por los secretarios en no pocas hermandades minutos antes de que se abran las puertas del templo y salga la Cruz de Guía. La Papeleta de Sitio venía a ser el "salvoconducto" que permitía al hermano integrarse en la cofradía.

Por tanto, aunque hablamos de un documento casi meramente administrativo, posee no poca importancia, por lo que representa a la hora de acreditar no sólo la pertenencia al cortejo penitencial, sino también la antiguedad del hermano a la hora de figurar más próximo al Paso o el derecho a portar tal o cual insignia, de ahí que en nuestros tiempos incluso en muchas papeletas de sitio incluso aparezcan la fotografía del hermano y su número de carnet de identidad a fin de evitar suplantaciones. La Lista de la Cofradía, redactada por el Diputado Mayor, y colgada en un tablón en la Casa Hermandad o en el Templo residencia de la Hermandad, será el resultado final de esos días de reparto de Papeleras de Sitio, casi como un listado de participantes en el que cada año muchos verán como se separan de la Cruz de Guía y se acercan tramo a tramo al Paso.

Pertenecientes al siglo XVIII la Hermandad del Silencio conserva aún añejas papeletas de sitio encabezadas por la Cruz de Jerusalén, en las que se indica que "Nuestro hermano acompaña a Jesús Nazareno en su estación con (y aquí un espacio para indicar si es cirio, insignia o cruz) más la fecha y el nombre del hermano con esmerada caligrafía. Sabemos también, gracias al profesor López Bravo, que en 1850 la Hermandad de Montserrat poseía ya todo un Reglamento para ordenar la Estación de Penitencia, y que en el mismo se ordenaba a los hermanos abonar sus cuotas con antelación al Viernes Santo para así poder obtener la pertinente Papeleta de Sitio; como curiosidad, la cuota en aquel entonces estaba establecida en quince reales de vellón. 

Esta año, las papeletas de sitio ("controles de salida", se llaman en Cádiz) se han vuelto simbólicas, y en muchas hermandades, en un gesto que aplaudimos, su importe servirá para paliar las carencias de las siempre necesitadas Bolsa de Caridad u Obras Asistenciales; esperemos que la próxima Cuaresma, si Dios quiere, volvamos a ver esas largas colas de hermanos aguardando a que mayordomos y secretarios emitan, cuantas más, mejor.




09 marzo, 2015

Con nocturnidad.-

En las frías noches cuaresmales, causábanos cierto estupor contemplar extrañas mesas de gran tamaño portadas en su interior por esforzados jóvenes (y no tan jóvenes) cubiertas las testas con costales y fajados con gruesos lienzos como los que usaban los mozos de cuerda antaño. 



Cierto es que en principio pensamos, en nuestra habitual ignorancia, que se trataba de condenados por la justicia y que era su castigo portar tremendos pesos sobre sus cervices, preguntándonos, incluso, si no habría sido más útil para el Rey, nuestro Señor, que sirvieran como galeotes en la Armada.

Sin embargo, escuchar que de tales estructuras salen melodías similares a marchas militares nos indujo a pensar si no se trataría de algo a modo de ensayo para algún fin castrense. 

Tal sería nuestra sorpresa al contemplar tales maniobras en plena madrugada, que uno de los mozos, inquirido por nosotros, nos ilustró sobre tal pormenor, indicándonos que tratábase de entrenamientos para las andas de Semana Santa y que tales parihuelas iban o bien cargadas con pesados fardos, o con macizos bloques de piedra o incluso con algunas de las esculturas que luego procesionarán, Dios mediante, a partir del próximo Domingo de Ramos. 

 
Quedamos sobrecogidos por la destreza de capataces y contraguías, que así se denominan quienes comandan tales ingenios de madera y metal, e hicimos votos por apreciar, en lo sucesivo, el oficio y trabajo del que los dichos costaleros hacen gala.


20 enero, 2015

Blasones.-


 Créanme vuesas mercedes que ante la contemplación (en calle que llaman de Chapineros) de tamaña cantidad de tiaras, coronas, toisones, cruces, anagramas, capelos y demás, por un momento pensé tratábase de alarde nobiliario o aristocrático, sobre todo por abundamiento de heráldicas con complicadas tarjas o formas o simples distintivos que recordaban, quizá, a humildes hidalgos.

Nada más lejos, me dicen, pues trátase de escudos cofradieros, con lo que un tanto confundidos, tendremos que alcanzar a entendar a qué corporación responde cada insignia, aunque me cuenta que gentes hay en esta ciudad que con sólo atisbar una flor de lis por acá, o una cruz patriarcal por allá, bien pronto adivinan a qué Hermandad pertenecen tales símbolos, cargados de historia y tradición, por otra parte.


Puede que incluso voacé, que lee pacientemente estas torpes líneas, ya haya reconocido su emblema de entre los demás...

10 abril, 2014

A la espera.-


 Se apresta la Ciudad a celebrar su Mayor Semana del año, aquella en la que seculares cofradías harán sus devotas estaciones de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, y parecerá que por unas jornadas todo se aúna para que grandes y pequeños revivan y vivan esta fiesta en el mejor sentido de la palabra. No seremos menos nosotros, de modo que disfútenla vuesas mercedes que para luego, es tarde...








19 marzo, 2013

En posición.-




Si pasan por esta plaza, no lo duden, disipen temores y remonten la rampa (aunque preferimos el término “tablao” con que la denominan los Mendoza, sus montadores y custodios), escálenla y contemplen, como no hace mucho hicimos en inmejorable compañía, la visión de la Plaza desde ese privilegiado otero de madera.

 Desciéndanla despacio, sin premuras, ojo avizor con inoportunos resbalones, saboreando cada zancada como hacen quienes la pasan Domingo de Ramos y Jueves Santo, asumiendo que esa bajada es desnivel o declive que conduce a inicio de recorrido ansiado durante semanas, y que cuando se alcanzan los adoquines de la plaza parece como si cada nazareno o penitente se sumergiera en mar de multitudes.

 Muchos aqueste año cruzaránla por vez primera, va para ellos nuestro recuerdo y para quienes inculcan amores y cariños a devotos Titulares a los que orar en toda ocasión. 


Elevamos súplicas a la Virgen de las Aguas que recibe culto en la Colegial del Salvador para que aplaque nubes y merme temporales, pues es cosa sabida lo poco lucidos que resultan estos días que se avecinan empapados en lluvias. Disfrútenlos hasta el hartazgo, que por ello es llamada Semana Mayor la que nos disponemos a vivir con gozo. 





12 marzo, 2013

Balcones.-



Era público y notorio, antaño, cómo altos estamentos sociales, gentes de acomodado vivir y pueblo llano rivlizaban por lograr privilegiados lugares desde donde participar o cotemplar desfiles, cortejos o procesiones, gozando para ello de plateas en balaustradas, triforios o tribunas, bien fuera en templos, teatros o plazas.


Para mi sorpresa, observamos que mantiénese dicha costumbre, pues no menos curioso resulta comprobar en aquestos cuaresmales días que numerosos vecinos ponen en renta sus balconadas, bien en casas próximas a carrera oficial, bien en edificios por las que ésta pasa, con fin crematístico para que gentes ajenas accedan, previo abono de unos maravedís, a tales alturas y puedan disfrutar de preferente visión en las estaciones penitenciales que en breve, si el tiempo no lo impide, acaecerán en esta Hispalis nuestra.


Empero, no es menos curioso comprobar como no hace mucho, visitando cierto lugar, muy cartujano por otra parte, encontramos solución de lo más acertada y compuesta para quienes posean exigua faltriquera, y a fe que aunque sea cubículo reducido y hasta incómodo, debidamente instalado podría suponer extraordinaria atalaya desde la que disfrutar de tránsito de cofradías, y que a buen seguro en cierto comercio de impronunciable nombre y nórdica procedencia venderíanse como rosquillas de Santa Inés. 


Todo ello sin menoscabo de la baratura que supondría hacer acopio de colgaduras y reposteros con que ornar tales balcones. 

04 marzo, 2013

Vísperas de vísperas.-


Casi a hurtadillas, entrando en cualquier templo, hemos apreciado no sin cierta alegría, cómo prodíganse o brotan en no pocos sitios ciertos esqueletos hechos de pesado hierro.

Para cualquier profano en materia, quizá resulten confusas estructuras o inexplicables artilugios, pero es bien sabido que soportarán, en cuestión de jornadas, terciopelos, maderas, orfebrerías, y lo que es más notorio, a benditas Imágenes de singular devoción prestas y dispuestas a su anual veneración por las calles de la ciudad. 


Item más, en San Francisco comienzan a erguirse plateas o andamios desde donde contemplar desfiles procesionales (discúlpesenos por tal expresión), o mejor dicho, cofradías, desde privilegiada atalaya reservada a escaso número de conciudadanos.

Todo parece conjugarse un año más, en fin, para que sobre osamentas de hierro (o madera, según casos) se revista la ciudad de mejores galas en espera de sus más ansiadas fechas. 


12 febrero, 2013

Cuarenta días.-



 Sea bienvenida un año más vuesa merced, que a fe que anhelábamos vuestra arribada. Esperamos acudáis como cada año con vuestro secular cortejo de ceniza, incienso y cera, con naranjos a punto de estallar en blanco, con templos en que venérase a Dios y su Santa Madre merced a devotas imágenes de singular fervor, con gentes entregadas en cuerpo y alma a un legado que han recibido cual preciosa herencia de sus mayores y que materialízase en forma de ritos, liturgias y costumbres ligadas a cultos solemnes, ayunos y abstinencias de carne en viernes, trompeterías en descampado, retiros espirituales o nocturnos ensayos de mozos bajo andas. 


 
 Muchos circunstancias y peripecias han acontecido desde año pasado, unas inolvidables y otras que mejor resulta dejar en olvido, fíjese que incluso en vuestro discurrir celebraremos singular e inusual Via Crucis y, para más inri, hasta puede que tengamos nuevo Sumo Pontífice al timón de la Barca del Pescador, pero no es menos cierto que supone siempre ocasión para sereno regocijo aprestarnos a viviros sabiendo, item más, que a vuestra conclusión todo estará consumado y nos dispondremos a disfrutar, en mejor sentido de su palabra, de Fiesta Santa.  

 
De modo y manera que recibiremos contritos ceniza y os daremos digna salutación, noble Cuaresma, pues bien sabe vuesa merced que si siempre es bien acogida en esta su ciudad, no lo es menos en nuestro corazón


01 abril, 2012

Disfrútenlos.-



Concluyendo Carnestolendas, prepárase la Ciudad para Días Grandes.



Disfrútenlos, pues, niños e infantes, que no poca alegría constituye contemplar nazarenos, y recibir dellos cera o confites o incluso alguna que otra estampa.



Disfrútenlos, pues, mozos y doncellas, que serán jornadas propicias para galanteo y coqueteo, que Primavera exalta sentidos y aviva corazones.


Disfrútenlos, pues, gentes de toda condición, de toda clase, de todo origen, que es Fiesta Mayor en sentido mejor de palabra, que si no fuera bastante celebrar Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, añádasele triunfo de la Vida sobre Muerte, de Amor sobre Oscuridad, de Piedad sobre  Egoísmo.

Disfrútenlos, pues, forasteros y extranjeros, que no sabiendo bien que contemplan, intégranse como el que más, desorbitados ojos ante tamaña belleza.



Disfrútenlos, pues, mayores y longevos, que rememorando pasados tiempos no hacen sino revivir hogaño lo que antaño vivieron, narrando experiencias que a todos nos placen.

Disfrútenlos, pues, quienes por primera vez acérquense con limpia mirada y pulcro corazón; descubrirán cómo (según el poeta) es la Vida una Semana y añadiránse a legión que lamentaráse cuando aquestos días transcurran dejándonos huérfanos de calor y humor.

Disfrútenlos, pues, cofrades, que agora verán cumplidos deseos y anhelos, que aunque truene o ventee siempre serán puntales para campear temporal sea del tipo que sea.

Disfrútenlos, pues, músicos y mozos de costal, que verán recompensa a vigilias invernales marcadas por frío y esfuerzo.


Disfrútenlos, pues, mas a su manera, gobernantes de toda calaña y condición, desde encumbrados hasta simples correveidiles, que todo su poder será poco frente al poder de una Ciudad puesta en pie sobre calles de cera y plazas de terciopelo.

Disfrútenlos, en fin, todo aquel que con buena voluntad y mejor espíritu crea o sepa acercarse a estos Misterios con respetuoso conocimiento o jubilosa certeza. No seremos nosotros quienes censuremos o hagamos agravio de prosélitos de buena fe, haciando menoscabo de necios y lerdos ajenos a sentires y emociones.


Aprestémonos a asombro y silencio, a algarabía y bendita rutina, que como dijo Aquel: lo demás darásenos por añadidura; e ignoremos presagios o predicciones sobre si habrá temporal o solano.

Post scriptum: permítasenos inusual licencia, que no somos ciertamente dados a dedicar aquestos torpes pliegos, mas con la venia. quiera el Cielo que permita vestir negro y morado hábito nazareno a alguien de nuestra misma sangre, ilusionada damisela en ciernes.