14 septiembre, 2012

Y de comer...

Contábanlo viajeros retornados de Indias o de tierras aún más ignotas y todos quienes escuchaban relatos tales se deshacían en aspavientos y santiguábanse espantados, pues cosa temible era que en aquellos predios los lugareños nutrían sus estómagos con cuerpos de sus congéneres, sin saberse a ciencia cierto si era debido a supersticiosa e idolátrica costrumbre o a simple necesidad movida por estar famélicos.

Viene todo a cuento porque no ha mucho, y en calle de la Feria, encontrábamos aqueste letrero con mucha alharaca en que venía a alentarse consumir dicha carne, exhortando incluso su ingesta por ser benéfica para cardíaca salud, todo lo cual parécenos insana majadería y notoria necedad habiendo en aquesta ciudad notable provisión de carnes de todo tipo y más cuando incluso, nos dicen, estas agora consérvanse sin necesitar salmuera pues que enfríanse sobre manera en depósitos al uso hasta convertirse en casi nieve, por no hablar de chicharrones, recova y demás.

Otrosí sería que tal rótulo hablara de comer humana carne movido por ansias amorosas o deseos carnales, susceptibles siempre de hiperbólicas expresiones movidas por bendita ceguera hacia ser amado, en cuyo caso bien podríamos entender, y hasta asumir, significado de tan curiosa como sugerente publicación…

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