20 enero, 2015

Blasones.-


 Créanme vuesas mercedes que ante la contemplación (en calle que llaman de Chapineros) de tamaña cantidad de tiaras, coronas, toisones, cruces, anagramas, capelos y demás, por un momento pensé tratábase de alarde nobiliario o aristocrático, sobre todo por abundamiento de heráldicas con complicadas tarjas o formas o simples distintivos que recordaban, quizá, a humildes hidalgos.

Nada más lejos, me dicen, pues trátase de escudos cofradieros, con lo que un tanto confundidos, tendremos que alcanzar a entendar a qué corporación responde cada insignia, aunque me cuenta que gentes hay en esta ciudad que con sólo atisbar una flor de lis por acá, o una cruz patriarcal por allá, bien pronto adivinan a qué Hermandad pertenecen tales símbolos, cargados de historia y tradición, por otra parte.


Puede que incluso voacé, que lee pacientemente estas torpes líneas, ya haya reconocido su emblema de entre los demás...

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