08 abril, 2011

Vísperas


VISPERAS

Anda la ciudad entrada en fechas cuaresmales, mas no por ello parece que aquestas calendas supongan para ella penitencias excesivas, ayunos o vigilias, antes bien, quien busque aflicción o flagelación nada de ello encontrará, pues cosa notable es cómo muchos parescen disfrutar de las jornadas que se avecinan y acuden con presteza a cultos solemnes y otras devotas prácticas, aunque es justo decir que agora éstas se acompañan de actos que en mis tiempos serían extraños.








En los más principales templos las Cofradías se aprestan a ornar sus andas, a aprestar sus enseres, a otorgar cédulas a los cofrades y a vestir sus Imágenes con tal magnificencia que ello causa sorpresa en no pocos, mas a favor dello es honroso añadir que tales muestras de compostura y respeto no creemos que vayan en detrimento de nada y que no son pocos los que veneran a sus Imágenes Sagradas de tal modo.








Llévanse las andas al interior de los templos, como decíamos, portadas por esforzados mozos que sobre sus cabezas las portan a las órdenes de un capataz, y generoso vigor supone tal oficio, y aunque me dicen que es menospreciado por unos y alabado en exceso por otros ha de considerarse que hacen tal trabajo sin percibir ducados ni maravedís por ello, abonando sus limosnas a la cofradía como hermano más.


No escasean incluso letreros que aluden a las jornadas que se aproximan y que por su forma e constitución parecen impedir el paso de carruajes y literas en los días de la Semana Santa.



Item más, habida cuenta las medidas de tales andas, no es de extrañar en algunas iglesias débanse colocar aparejos de madera que faciliten la salida de tales Pasos (así les llaman) y que algunas de estos aparejos o “rampas” tengan justa fama por el lucimiento que supone el tránsito por ellos de cortejos y andas.








Mas llámanos la atención cómo no son pocos los hispalenses que se aprestan a vestir sus hábitos nazarenos, aunque agora no son las túnicas de angeo o de presilla, ni de lienzo basto, ni cubren sus cabezas con cabelleras o caperuzas como antaño, ya que los tiempos han variado tales costumbres por lujosos tejidos y curiosas estructuras cónicas llamadas “capirotes” que a nos parescen más cosa del Santo Oficio que de Cofradía devota.


3 comentarios:

Caterina Sforza dijo...

He me aquí leyendo esta crónica, que se me antoja preclara y cosa casi de encantamiento, pues haga saber vuesa merced como es menester el viajar allende los tiempos e regresar para contar loque allí se viese e traer pinturas tan exactas de lo que contar.Pues se me nubla el entendimiento y no logro alcanzar que brevajes e hierbas habreis de utilizar.

Manolo Sousa dijo...

Sumamente agradecidos quedamos por la visita de voacé a este humilde sitio, y esperamos que no abandona la lectura de aquestos papeles e improntas, que sin público lector huero sería el esfuerzo y vana la pretensión; item más, sepa su Ilma. que non nos procuramos de herboristería ni de bodega para proceder a la escritura, y que solo nos basta con bizcocho rancio, chicharrones de la Heria y torrijas. Vale.

Anónimo dijo...

Precioso el blog Manolo. Me gustan mucho las estanterías de libros a derecha e izquierda, jalonando el contenido principal.

Un abrazo
David Barcáiztegui