"Memento Homo, Quia Pulvis Es, Et Pulverem Reventeris..."
Será aquesta Cuadragésima, a buen seguro, tránsito extraordinario para no pocos que aguardan días mayores. Dado que, devotamente, acudíamos cada año a que cenizas impusiérannos sobre nuestra pobre frente pecadora, sabedores que se nos diría, una vez más, que polvo éramos y en polvo convertiríamosnos, no dejaremos por ello tan piadosa y humilde costumbre, máxime cuando el Creador nos invita a conversión profunda, enderezar senda y practicar limosna.
Ayunos severos y pesadas abstinencias de carne en viernes acompañaban la Cuarentena, cerrábanse teatros y lupanares (con gran disgusto por parte nuestra, en lo tocante a los primeros, vive Dios), siendo que muchos pasaban horas escuchando prédicas y sermones, mientras clerecía no daba abasto con confesiones y penitencias. Oír homilías era pasatiempo asaz frecuente, y en torno a púlpitos congregábase tropel de fieles ansioso, doliente por sus pecados y ansioso por alcanzar salvación.
Duda no hay que hogaño ni proliferan tremendos sermones ni agólpanse contritos devotos cabe púlpitos, pues no falta quien afirme que aquestos tiempos han trocado púlpitos de mármol o herraje por modernas máquinas desde las que pastorear rebaño, que bobaliconamente asiente y sigue dictados para casi todo.
Mas como dijo aquel, la memoria escoge camino corto para herirnos y serán estas semanas de vísperas ocasión para revivir sensaciones, recuperar viejos hábitos, resucitar buenas costumbres y, por qué no, renovar desde ánimos enfriados hasta prendas desgastadas. Incluso no faltará quien se entregue desaforadamente a prácticas vinculadas a pebeteros de incienso, sonidos de tambores o cornetas, anhelantes semanasanteros que tras pertinaces precipitaciones del pasado año cuentan excitados cuanto resta.
Quede para otra ocasión mencionar cómo en aquestos severos tiempos habría que imponer duras penitencias a no pocos, por sus desmanes y corruptelas, y aquí que cada cual haga de su capa sayo e añada a quien plazca, que a fin de cuentas entra mos en tiempos de conversión y perdón.
2 comentarios:
Don Alonso, sin apenas darnos cuenta ya la tenemos encima...
Tenga usted buena cuaresma amigo.
saludos
Hacemos fervientes votos porque esta Cuaresma nos sea propicia en grado sumo, Maese Quini, que luego lo demás se nos dará por añadidura... Un saludo.
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