04 septiembre, 2023

A las armas: Lanza, Espada y Flecha.

En esta ocasión, superado el pequeño receso vacacional para nuestro equipo, recuperamos la costumbre de destacar, de vez en cuando, algunas vías hispalenses que por su historia, su forma o sus edificios merezcan la pena; Y en este lunes de septiembre nos vamos a descubrir Lanza, Espada y Flechas; no, nos vamos a combatir en torneo medieval ni a pertrecharnos con tales elementos para lanzarnos a la guerra con mesnadas, antes bien, como diría nuestro amigo Don Alonso de Escalona, son pintorescos nombres de calles sevillanas, desconocidas para muchos y que esconden antiguos nombres, algunos de ellos hasta "peculiares", por no decir otra cosa. Pero como siempre, vayamos por partes.

Foto: Reyes de Escalona. 

La antigua Calle de la Lanza, entre Santiago e Imperial, en la feligresía de la de Santiago, si no nos equivocamos, podría ser una de las que posee más antiguo nombre, ya que era mencionada como tal a comienzos del siglo XVII, aunque en 1484 era conocida como Traviesa a Santiago. Estrechísima en su tramo medio, apenas caben dos personas a la vez, se ensancha al final, al llegar a la trasera de la parroquia de Santiago, y expertos en la materia consideran que este ensanche bien podría ser motivado por la conversión del antiguo cementerio parroquial en zona de tránsito peatonal; de hecho, en el Diccionario de las Calles de Sevilla se recoge la petición de un sacerdote de dicho templo para conseguir "un poco de sitio que está a las espaldas de la iglesia para faser osario y de que la yglesia tiene necesidad". Justo en esa zona se encuentra el gran portón que es uno de los accesos a un hotel cuya fachada principal da a la antigua plaza de López Pintado, hoy de Jesús de la Redención. 

En 1988 los trabajos arqueológicos de José Escudero y Manuel Vera en sendos solares de la calle trajeron consigo el hallazgo de restos de época romana e islámica, aunque la cercanía del nivel freático impidió comprobar con exactitud si por esa zona habría estado situada la muralla romana o si en tiempos posteriores el sector habría estado ocupado por un palacio musulmán; en cualquier caso, los restos de cerámica encontrados atestiguaron que la zona habría estado habitada desde tiempos remotos. 

Calle popular y castiza, donde incluso se celebraban típicas cruces de mayo, e incluso sede, allá por 1859, de una molesta y peligrosa fábrica de fósforos y de la Jefatura de la Reserva del Arma de Caballería en torno a 1877, la calle Lanza fue escenario de un conocido atraco a un capitán de esa misma arma de Caballería allá por marzo del año 1900, siéndole sustraido un valioso reloj de oro, aunque se dio el caso que el presunto "caco" , José Naranjo, apodado como "El Chele" y vecino de la calle González Cuadrado, fue posteriormente víctima, a su vez, de un violento ataque por arma blanca por otro "colega" en lides delictivas, todo ello enmedio de una monumental bronca acaecida en la calle Cuna en la que resultó muerto otro correligionario por disparos de arma de fuego, algo de lo que se hizo eco la prensa local, siempre deseosa de sucesos sangrientos de este tipo.

Foto: Reyes de Escalona. 

Menos oscura y hasta divertida resulta la pequeña historia de la calle Espada, entre Enladrillada y Sol, en cuya esquina se encuentra clásica barbería. Pese a su nombre, es corta y angosta, aunque lo interesante en este caso y, como veremos más adelante, es que recibió tal apelativo en sustitución de otro mucho más explícito y hasta carnal; será muchísimo mejor que lo relate el cronista Félix González de León con sus palabras de allá por 1839:

"Calle de la Teta.

Es una pequeña travesía de la calle Enladrillada a la del Sol, en el cuartel D y parroquia de San Román, que se nombra así por una piedra redonda y saliente que está embutida en lo bajo de una de sus paredes, y la gente la llama la Teta".

Como puede apreciarse, el nombre tenía su miga, y a buen seguro que sería motivo de guasa para muchos y de problemas para el vecindario, todo hay que decirlo, de ahí que en 1845 el Ayuntamiento decidiera sustituirlo por el de Espada, sin que se sepa el motivo de nombre tan bélico. Algunos autores afirman que quizá el original apelativo tuviera que ver con la presencia de una antigua estatua femenina de época romana usada como guardacantón en una fachada, quizá la versión femenina del famoso Hombre de Piedra de la zona de San Lorenzo del que ya hablamos en otra ocasión. Por desgracia, la casa que albergaba este mármol romano tan peculiar fue derribada en 1979 y la pieza arqueológica desapareció sin que se sepa a dónde fue a parar. 

Si en 1845 la calle de la Teta pasó a ser la calle de la Espada, ese mismo año otra calle, esta vez en el entorno de San Gil-San Luis, vio como su nombre era modificado en el nomenclátor viario hispalense. Desde San Luis hacia Torreblanca transcurre la calle Orden de Malta, denominada de San Sebastián hasta 1940. En su interior existe una pequeña barreduela sin salida, en la acera de los números impares, que hasta el antes aludido año de 1845 era llamada callejón de Medio Culo. El nombrecito se las trae y no hemos logrado por el momento conocer el motivo de tan escatológica denominación, aunque en algunas crónicas se menciona como Medio Cubo, quizá para salvar un poco la honestidad de dicha barreduela, ahora zona residencial en la zona. 

Como detalle, entre abril y mayo de 1897 dos sucesos relacionados con la misma casa en la calle Flecha llamaron la atención de los redactores de El Noticiero Sevillano, el primero, sobre la situación de extrema pobreza de una familia:

"La guardia municipal ha participado al teniente alcalde del distrito que en la casa número 3 de la calle Flecha había un matrimonio con cinco hijos, todos atacados de una grave enfermedad y en la mayor miseria, sin mas enseres en la habitación que unos trapos, que amontonados en el suelo sirven de cama a toda la familia.

La autoridad municipal ordenó el ingreso en el Hospital Central de la madre y dos de los hijos más pequeños, quedando en la casa el padre y los tres mayores. Estos infelices carecían de toda clase de recursos para atender a la subsistencia y combatir la enfermedad que padecen. Las almas caritativas tienen una ocasión más de ejecutar la mayor de sus virtudes."

El segundo suceso, más violento, ocurrió así según "El Noti":

"Entre vecinas. En la casa número 3 de la calle Flecha cuestionaron dos vecinas, pasando de las palabras a los hechos y resultando Remedios Villaseca Chía con una herida en la cabeza, que fue curada en el Hospital Central. La agresora, Francisca González Lucena, no pudo ser detenida por haber apelado a la fuga, El palo con que causó la herida a su contrincante, fue ocupado por la policía". 

De cualquier modo, no deja de ser curioso y llama la atención cómo los ediles municipales sevillanos, sustituyeron nombres populares de calles por otros carentes de significado, pero esa, esa ya es otra historia. 


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