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14 febrero, 2022

Dados.

Popular y comercial, atestada de público en fechas navideñas o cuaresmales, punto de encuentro para novias casaderas o compradores de tejidos, juguetes, bisutería y hasta con uno de los bares más pequeños de Sevilla, todo eso cupo en una calle que ha sido siempre arteria entre la Encarnación y el Salvador; pero como siempre, vayamos por partes. 

Desde al menos 1384 se tiene ya constancia documental de ese nombre tan peculiar para denominar esta vía, el de "Dados", sin que los investigadores e historiadores locales se hayan puesto de acuerdo en la causa de tal nomenclatura; uno estiman que se debe a que en esta calle en esa época abundaban las casas de juego, mientras que otros, como Santiago Montoto, indican que en la actual Puente y Pellón existieron talleres dedicados a la fabricación precisamente de esos elementos tan vinculados al azar. En alguna etapa también fue llamada "del Hospital del Yeso".

A ello habría que sumar la presencia de bodegas y tabernas como el conocido "Bar Quito" o la famosa "Bodega de Calle Dados", en el número 6, que en 1912 se anunciaba con este texto: 

"Esta antigua casa ofrece sus vinos, aguardientes y vinagres de pureza extremada, como tiene demostrado en sesenta años de existencia regida por individuos de la misma familia. Servicio a domicilio"

En cualquier caso, como "Dados" se conoció hasta 1886, año en el que recibió el nombre en recuerdo de Manuel Puente y Pellón, vecino de la calle, quien ostentó la alcaldía de Sevilla entre 1872 y 1886 y a quien se le dedicó una lápida en el número 11, actualmente en paradero desconocido. Como político de corte liberal, participó en la Revolución "Gloriosa" de 1868, que trajo consigo, por ejemplo, el derribo de la mayoría de las puertas de Sevilla, así como de las murallas y templos como los de San Miguel o Santa Lucía, por poner un sólo ejemplo.

1912. Anuncio en la "Guía del Turista de Sevilla".

Como calle comercial, siempre merecerá la pena reseñar la existencia de establecimientos muy antiguos y de gran tradición, la mayoría desaparecidos, dedicados a la bisutería, la quincalla o la confección, como por ejemplo las famosas Siete Puertas (no confundir con la célebre taberna de la zona de la Alameda) o "Iglesias, Pérez y Soro", en el número 11, y que durante más de un siglo desde su creación en 1877, aprovechando un antiguo palacio (el de los Marqueses de Sortes) reconvertido en casa de vecinos, surtió de prendas de vestir, juegos de cama, tejidos o trajes a media Sevilla, en un espacio en el que destacaban su bello patio con columnas, escalera de mármol, amplias mesas para las piezas de telas, probadores y mostradores de madera barnizada para la atención personalizada de sus vendedores. La decoración de sus escaparates era tan destacada y llamativa, que incluso ganó premios en concursos de escaparatismo en la festividad del Corpus Christi. En 2010, tras 133 años de existencia, cerraba sus puertas, dejando un cierto regusto amargo por su desaparición. 
 

A "Las Siete Puertas" (llamada así por ser ese el número de accesos a la tienda, algo que de niños nos encantaba contar de regreso del colegio), habría que añadir la tienda de tejidos de "Algarín Hermanos", en el número 21, situada ya casi en el límite con la calle Lineros (donde estaba Casa Marciano, recordemos) y que durante un tiempo, fundada en 1888, fue el establecimiento más antiguo de Sevilla en manos de una misma familia y también, aunque más reciente, la Juguetería "El 0,95", en el actual número 24, vinculada al apellido Barreiro y que además se especializaba en tiempo cuaresmal en la realización de cientos de capirotes para nazarenos de todas las hermandades. 


En el otro extremo, ya próximo a la Encarnación, quizá el establecimiento decano de la calle sea "Peña", en el número 6A, fundado en torno a 1932 (antes al parecer fue una huevería) y que constituye uno de los mejores ejemplos de mercería, lanas y botonería del centro de Sevilla; además, justo enfrente, se puede disfrutar de la clásica Tienda de Ultramarinos "Casa Lucas", famosa por la calidad de sus bocadillos. 

Foto: Reyes Escalona

Como detalle curioso, una de las tiendas de allá por 1871 era el "Establecimiento de géneros extrangeros y del reino, de ropas al por mayor y al detalle, quincalla, mercería, perfumería, de Don. Atanasio Barron y hermano. Es en su clase una de las más reconocidas y acreditadas"; aparentemente el nombre recuerda a una calle dedicada a un arquitecto en la zona de la Florida, pero no deja de resultar interesante que hay una Eustaquia Barrón casada con Aniceto Sáenz y nuera de Patricio Sáenz, siendo Aniceto el principal comprador de la llamada Huerta de los Toribios adyacente al Palacio del Pumarejo. Ni que decir tiene que son nombres de calles vinculados a esa zona desde 1887.

El cierre del Mercado de la Encarnación y su eterna reconstrucción hasta la inauguración de las "Setas" y la presión de los centros comerciales hizo que poco a poco la calle se fuera despoblando de sus tiendas más clásicas, resistiendo unas pocas apenas, sin que por ello Puente y Pellón haya perdido su carácter mercantil y de vía de paso hacia el meollo del centro histórico de Sevilla. Ojalá los dados sean propicios y la revitalización llame a las puerta de esta zona.

Foto: Reyes de Escalona