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01 marzo, 2014

Al Norte.-





Si en anterior ocasión tuvimos privilegio de disfrutar de senderos y caminos allá por tierras de Aracena, no ha mucho cambiamos de lugar y en inmejorable compañía (pues contamos con incluso escolta canina) acudimos con presteza a Cazalla de la Sierra, a orillas del Huéznar, patria chica de nuestro tocayo Alonso de Cabrera, uno de los felices supervivientes de la expedición de Orellana al Amazonas. 


 Caminar entre encinas, quejigos, alcornoques y disfrutar de magníficos y agrestes paisajes fue todo uno nada más iniciar recorrido por estrechos vericuetos y alejados de mundanal ruido, acompañando a ello la jornada, que si bien principió con nieblas, concluyó con sol espléndido que hasta nos dio colores en rostro. 


Quede para otra ocasión alabar belleza de animales de raza porcina que campaban a sus anchas por aquellos predios, ejemplares sin duda de gran porte y trapío, y que a buen seguro, cuando les llegue su San Martín, serán exquisito bocado para quien pueda saborearlos.


Y quede, así mismo, constancia, de cómo cigüeñas en aquellas tierra han de ser sin duda peligrosa especie, sobre todo por azulejo que a continuación reproducimos y que pone de manifiesto cuán prevenido ha de ir el viandante en cierto sitio. 

27 febrero, 2012

A mucha honra.-

Aficionados a Vexilología, o ciencia que estudia banderas y pendones (en buen sentido de palabra), llamónos la atención, apenas retornamos a este Siglo en breve hará un año, cómo de muchas balconadas pendían curiosas enseñas desconocidas para nos. En una dellas reconocimos, expertos peritos como presumimos de ser, armas de Castilla, León y de otros reinos, por que supusimos tratábase de enseña patria, como a posteriori confirmamos y que tratábase de creación novísima de la décimo octava centuria.

Empero, contemplamos cómo en otra enseña, en trío de idénticas franjas en sinople, plata y sinople (o verde, blanco y verde en román paladino), campeaba descollante Hércules Invicto domeñando pareja de felinos leones. Como podrá comprender quien lea estos pliegos, inquirimos sobre tales asuntos y se nos dijo que constituían colores de “Andalucía” y que si la enseña nacional es reciente, novísima puede calificarse aquesta otra, pues es su data de 1918 y resultó creada en tierras rondeñas inspirada por cierto escribano de Casares apellidado Infante y con trágico final.  

Recordamos entonces cómo ya en 1641 el Duque de Medina Sidonia pretendió, merced a conjura, coronarse Rey de tal tierra, siendo descubierto por el todopoderoso Gaspar de Guzmán, Conde Duque de Olivares, familiar suyo y Valido de Felipe IV (que Dios guarde); llamado a la Corte, Medina Sidonia logró perdón real, sin olvidar que Olivares (siempre celoso de honra familiar) coméntole que “no es imposible que la reputación de Vuestra Excelencia padezca sin quiebra de la mía”. Peor fortuna corrió otro conjurado, Marqués de Ayamonte a la sazón, quien concluyó sus días recluido y medio loco encerrado en fortaleza.

Desechada, pues, dicha conjura por su sonoro fracaso, dedujimos haciendo gala de suma inocencia, que aquesta autónoma Andalucía de hogaño poco tiene que ver con aquella. De modo que la de agora adórnase con bendiciones y dineros de la Corte y cuéntannos laboran en pro della no pocos gobernantes, escribientes, gestores, consejeros, funcionarios y burócratas. Lujosos palacios y antiguos hospitales remozados acogen sesudos debates, dónde tómanse graves decisiones siempre por el bienestar de los ciudadanos. No hay, nos dicen, por tanto, sitio para cabildeos ni confabulaciones.

Quiera el Creador que aquestos crudos tiempos en que escasean trabajos y optimismos iluminen afanes de políticos sean del jaez que sean, y no hay en ello diferencia, pues probado resulta, afirmaba Diego de Saavedra Fajardo, que todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira para que verdad parezca, disimulando engaño y disfrazando designios.

No quebremos pues andaluza reputación, que quebraremos, por ende, la nuestra.








04 febrero, 2012

En frío.-

En febrero, siete capas y un sombrero.


Que amenaza gran helada,
avísannos con denuedo,
Que bajarán los mercurios
hasta niveles extremos,
que abriguémonos en demasía
para que ateridos no estemos,
que procuremos cobijo
cuándo preséntense vientos.


Habrá que prepararse, pues,
y disponerse al evento
siendo que prevenir habrá
coleto, hopalanda y chambergo,
jubón, calzas y albornoz
borceguíes y sombrero,
y aprestarnos a sufrir
embates de aqueste invierno
que a dentelladas acude,
como siempre, traicionero,
a maltratar nuestros ánimos
y zaherir nuestros cuerpos;

Que no faltará quien afirme
en duros tiempos aquestos
(en los que el frío atenaza
los ánimos más dispuestos
y el termómetro amenaza
aunque se tengan arrestos),
que aquestas temperaturas
muy bajas son, en efeto,
mas auguran grandes cosas
cuando agonice febrero,
y siempre habrá quien recuerde,
con seso sagaz y vivo,
con gesto y con mucho empeño,
calores cuando verano
o tórrido mes agosteño,
quien rememore sudores
y malas noches sin sueño.

Mas gélidas noches son
para sentarse al brasero,
para disfrutar de un libro,
deleitarse en vino bueno,
para rezar el rosario,
con devoto sentimiento.
Y sin parecer grosero
para que cada cual faga
lo que quieran sus deseos.

De modo y manera que
aquestos fríos tremendos
sean por siempre bienvenidos
que cuando calores ciertos
nos martiricen, empero,
recordemos con nostalgia
este frío de febrero.