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02 mayo, 2022

Pasarela

Que exista en Sevilla una plaza dedicada a Don Juan de Austria, famoso por su victoria en la batalla de Lepanto (1571) pero que nadie la llame así o que una construcción efímera que apenas estuvo en pié veintiséis años sea la que denomine esa zona, es algo digno de estudio tal como han reflejado no pocos estudiosos en cuestiones urbanísticas, pero como siempre, vayamos por partes. 

Durante años, el arroyo Tagarete transcurrió libremente hasta su desembocadura en el Guadalquivir a la altura de la Torre del Oro. Sin embargo, la construcción de la Fábrica de Tabacos, que comenzó su actividad en 1758, obligó a canalizar dicho arroyo y a configurar el entorno, creándose la llamada Puerta de San Fernando o Nueva en el extremo de la calle de nueva creación. 

La creación de la Feria de Ganados en 1846, y su establecimiento en el Prado de San Sebastián, supuso una reutilización de ese espacio, poco utilizado hasta entonces y a partir de ahora epicentro tanto de la actividad de compra-venta ganadera como de la colocación de casetas, puestecillos y demás elementos que poco a poco irán conformando la imagen de la Feria de Abril que hemos conocido a través de representaciones pictóricas o, más adelante, fotografías. 


 A fin de evitar el tránsito de peatones en una zona cruzada por "tráfico intenso" (tranvía, carruajes, cabalgaduras) en lo que sería la antesala de la Feria, el Ayuntamiento decidió encargar al ingeniero Dionisio Pérez Tobía el diseño de una "pasadera" o "pasarela" que salvara con sus veinte metros de altura dicho "tráfico", hablamos del año 1896 y Sevilla, siempre o casi siempre reacia a las novedades no tardó en ponerle el mote de "Pasa Lila" a aquella estructura de hierro fundida entre las calles Torneo y San Vicente (Talleres de Pérez Hermanos) cuyo valor, al decir del catedrático Villar Movellán, fue más pintoresco que utilitario, y que pronto quedó convertida en atalaya o mirador del recinto ferial. Olvidamos mencionarlo, la Puerta Nueva o de San Fernando que mencionábamos al comienzo fue demolida en 1868 al igual que otras tantas puertas y lienzos de muralla.

Archivo Ruiz Vernacci, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte

Constaba de un pequeño pabellón o templete sobre cuatro puntos de apoyo sobre los que apoyaban otras tantas escalinatas de subida (o bajada) a otras dos plataformas. Como estructura básica, una pareja de arcos dobles, alcanzando una altura total de 20 metros. 

Aquella calurosa Feria de 1896, en la que el ambiente no fue el esperado en cuanto a ventas ganaderas debido a la "pertinaz sequía" que asolaba los campos andaluces y a la deriva que estaba tomando el conflicto bélico en la isla de Cuba, en la que el domingo llegaron a celebrarse varias misas para los propios feriantes en la cercana Ermita (ahora Parroquia) de San Sebastián y en la que la autoridad municipal prohibió severamente la celebración de rifas o sorteos no autorizados en el real, supuso por tanto la "puesta de largo" o debut de la Pasarela. Así lo reflejaba el Noticiero Sevillano en su edición del 18 de abril: 

En la feria no hubo esta mañana excesiva concurrencia. El paseo de carruajes, es el que estuvo animado. En cambio había poca gente a pie y de ésta fué muy escasa la que se decidía á subir y bajar algunos centenares de escalones de la pasadera, para atravesar de uno á otro lado del arrecife central. La pasadera se ha utilizado hoy como punto de vista, y nada más. Hay que convenir, sin embargo, en que el panorama que desde arriba se presencia es hermoso y nuevo. Merece verse.
Con el tiempo, la Pasarela quedó erigida en portada permanente para la Feria de Abril, iluminándose con farolillos, globos de gas o "arcos voltaicos" y sirviendo como antecedente, claro está, de las actuales y efímeras portadas de feria. Puede que, igual que ahora no es extraño eso de "quedar en la Portada", en aquel entonces los sevillanos hicieran lo mismo, pero en la Pasarela. Incluso sirvió con fines religiosos el día antes de la Feria de 1898, ¿Quizá como desagravio por los excesos que se suponía se iban a cometer en el Real?, en cualquier caso, dejemos mejor que sea un informador de la prensa local quien narre cómo se organizó aquel acto: 
 
Cediendo a excitaciones (sic) de personas piadosas de esta capital, la comisión de Ferias y Festejos ha acordado que una subcomisión, compuesta por los señores Pérez López, Lemus y Herrera, gestione cerca del capitán general de Andalucía la autorización para que se celebre una misa de campaña, que, en este caso, oirían las tropas de la guarnición el día antes del primero de feria de Abril.
 
El altar se instalará en la primera planta de la Pasarela, exornada convenientemente con plantas, flores, trofeos, banderas y gallardetes. Se colocarán tribunas para las autoridades e invitados. El desfile se efectuará por delante de las casetas de la feria. La subcomisión tiene el propósito de que este acto religioso resulte con todo el mayor esplendor posible. 

 

Una leyenda urbana sostiene que la escasa vida de la Pasarela se debió, en parte, a las quejas de la población femenina sevillana, que alegaba que los hombres aprovechaban la subida de aquella por las escaleras para disfrutar de la vista de sus tobillos, aunque hubo ciertos intentos, sin éxito ni autorizados finalmente, de colocar colgaduras con anuncios publicitarios para evitar tan "impúdicas" vistas. Tampoco se libró la Pasarela de ser escenario para robos, como el reseñado por el Noticiero Sevillano en la Feria del año 1900:
 
En la pasarela se cometió anoche un hurto, del que fue víctima la distinguida señora doña María Conrado. Se encontraba ésta en la primera plataforma, cuando se le acercó un ratero, que le sustrajo del bolsillo un portamonedas conteniendo varias monedas de plata de a cinco pesetas. El adorador de Caco huyó después tranquilamente. 

 

 Algunos autores afirman que adolecía de problemas estructurales que obligaron a su desmontaje entre 1920 y 1921, subastándose como chatarra los más de 80.000 kilos de hierro por algo más de 45.000 pesetas de la época. Desaparecida como antesala de la Feria, como anécdota, en los años 1970, 1974 y 1986 la imagen de la suprimida Pasarela fue elegida como modelo para la portada de la Feria y la zona, ahora llena de tráfico rodado y contaminación como decíamos al comienzo, aún conserva ese nombre, como si se resistiera a abandonar del todo el Prado de San Sebastián...