01 marzo, 2014

Al Norte.-





Si en anterior ocasión tuvimos privilegio de disfrutar de senderos y caminos allá por tierras de Aracena, no ha mucho cambiamos de lugar y en inmejorable compañía (pues contamos con incluso escolta canina) acudimos con presteza a Cazalla de la Sierra, a orillas del Huéznar, patria chica de nuestro tocayo Alonso de Cabrera, uno de los felices supervivientes de la expedición de Orellana al Amazonas. 


 Caminar entre encinas, quejigos, alcornoques y disfrutar de magníficos y agrestes paisajes fue todo uno nada más iniciar recorrido por estrechos vericuetos y alejados de mundanal ruido, acompañando a ello la jornada, que si bien principió con nieblas, concluyó con sol espléndido que hasta nos dio colores en rostro. 


Quede para otra ocasión alabar belleza de animales de raza porcina que campaban a sus anchas por aquellos predios, ejemplares sin duda de gran porte y trapío, y que a buen seguro, cuando les llegue su San Martín, serán exquisito bocado para quien pueda saborearlos.


Y quede, así mismo, constancia, de cómo cigüeñas en aquellas tierra han de ser sin duda peligrosa especie, sobre todo por azulejo que a continuación reproducimos y que pone de manifiesto cuán prevenido ha de ir el viandante en cierto sitio. 

28 enero, 2014

Por peteneras.-

Créame vuesa merced que ahora nos lee, que si bien hemos deseado escribir pliegos en aqueste blog con asiduidad mayor, no es menos cierto que negocios y tareas varias nos lo han impedido.

Paseando como hacemos de ordinario por la calle llamada de la Cuna, al llegar a esquina con la apelada de Francisco Pelsmaeke (insigne jurista y catedrático de leyes, por otra parte), topamos con que dos figuras andaban de jarana en pleno balcón, como si con su guitarra y seguidillas espantaran los fríos invernales que ahora padecemos.



Comprobamos, no sin cierto estupor, que eran curiosas e inmóviles efigies con las que búscase llamar la atención en negocio allí establecido, aunque a fuer de ser sinceros, no deja de ser extraña disposición y peculiar extravagancia.


03 diciembre, 2013

Colgados.-

Disculparán nuestra pertinaz ausencia por aquestos lares, mas ocupaciones diarias nos tienen sorbido el tiempo que desearíamos emplear en relatar asuntos hispalenses en estas páginas. 



Sin embargo, valga la siguiente instantánea para reflejar nuestro estupor y sorpresa al contemplar estos productos del cerdo secándose tras matanza en céntrica plaza. Ignoramos si se trata de ingenioso recurso de avispado comerciante, de trampa para atrapar amigos de lo ajeno o simplemente ardid del Santo Oficio con que descubrir criptojudaizantes o a quienes no guardan la pertinente abstinencia carnal (alimenticia, nos referimos) ahora que andamos en tiempo de Adviento.

Si algún avezado lector de estas páginas pasare por dicha instalación, no dude en acudir provisto de afilado cuchillo y hogaza de buen pan, pues es algo que sinceramente echamos en falta en el momento en que hallamos tan suculento simulacro digno de veneración sin duda alguna...

28 octubre, 2013

Al aire.-


 


 Quede dicho por anticipado que la veleta por excelencia en nuestra amada ciudad, Giraldilla, es conocida por común de los mortales, mas no es menos cierto que existen otras muchas en nuestra ciudad coronando torres y azoteas, y ahora que parece que mudan los calores por fríos y lluvias bien útiles resultan para amantes de meteorología.


 
Tienen como uso indicar dirección de vientos y aires, volanderos elementos que caprichosamente viran según Eolo trayendo consigo nubes o lluvias, siendo antiguo suorigen al decir de los estudiosos, pues bien podrían ser nacidas en la antigua Atenas, en peculiar torre de los Vientos que marcaba los ocho rumbos en forma de Rosa de los Vientos con un tritón en su cúspide a manera de veleta primera. 



Tampoco faltan quienes atribuyen al Papa Gregorio que, en recuerdo de las Negaciones de San Pedro, todas las veletas tuvieran forma de gallo, aunque como se puede apreciar, en Sevilla abundan de todo tipo, con formas heráldicas y hasta con figuras que más que atraer vientos podrían repelerlos…


13 octubre, 2013

En el aire.-


Paseábamos plácidamente y en inmejorable compañía por paraje próximo a Prado de San Sebastián cuando, de súbito, divisamos cómo en lontananza un extraño objeto pugnaba por desafiar a los vientos y a la poderosa atracción gravitatoria de nuestro planeta.


 
Tras acercarnos a su proximidad, (con suma cautela, todo hay que decirlo, no fuera a ser cosa del Maligno), comprobamos con gran pasmo que aquel objeto de llamativo color y enorme tamaño, se elevaba con individuos a bordo suya, pues poseía barquilla en la que los pasajeros subían y bajaban sin que por ello sufrieran mareos o desmayos. 

 Como quiera que se hubiera formado cierta fila para poder acceder a dicho artilugio, decidimos colocarnos en ella y aguardar nuestro turno, llegando el momento de poner nuestros pies en su interior y disponernos a subir a los cielos (valga la expresión sin ánimo jocoso, Dios nos libre). 

 
Durante la ascensión el mozo que manejaba los resortes de aquel armatoste nos explicó que aquel “Globo” (pues tal era el nombre del ingenio) podía alzarse merced al calentamiento del aire que se situaba en el interior de su forma, y que por ello, gracias a leyes de la Física nosotros podíamos alcanzar respetable altura y aún más, de no ser por oportunas sogas que impedían tal cosa. 

 
 
Descendimos de modo suave y lento, gratamente sorprendidos por la experiencia, y un poco temerosos porque el Santo Oficio viera en este vuelo asunto de nigromantes o brujas, más nos afirmaron que tal levitación era asunto legal y hasta muy usado para variados menesteres, sin que por ello se fuera en contra de lo establecido.
 
Más globos en Hispalensia, aquí. 





27 septiembre, 2013

Idiomas.-


Me disculparán vuesas mercedes por tan dilatada ausencia, mas vive Dios que ha sido por causa de numerosos asuntos pendiente y como no deseamos dejar pasar este septembrino mes del año sin el correspondiente pliego, dejamos testimonio de sendos curiosos letreros en la sevillana calle de Alonso el Sabio (antes Burro).

Sea quien sea el autor de tales carteles no podemos por menos agradecer el hecho de usar dos lenguas y de este modo doblar a quien se dirigen sus quejas higiénicas, aunque, a fuer de ser sinceros, echamos en falta el uso del latín, lengua en desuso pero universal en su tiempo.


27 agosto, 2013

De farol.-



Tras reciente y breve periplo por tierras granadinas (en magnífica compañía, por cierto) aparte de disfrutar de aquella ciudad y su gente, y de gozar de la belleza de sus monumentos, nos hemos traído el recuerdo de la huella hispalense en una de sus plazas, la llamada de Bib-Rambla.

Trátase de plaza muy principal en aquella urbe, con numeroso comercio, tabernas y colmados, y se decora con fuente de bella factura.



Consérvanse en ella farolas de bronce de elevado porte y singular belleza, lo que llamó nuestra atención, a la par que por su hermoso diseño y elegante prestancia.


Al acercarnos a una dellas, comprobamos, no sin cierta alegría, que se trataba de pieza realizada en 1892 en el taller de “Pérez Hermanos” o "San Antonio" en nuestra amada ciudad de Sevilla, lo que nos llevó a hacer una pequeña averiguación, comprobando que dicha industria estuvo radicada en el número 81 de la calle de San Vicente y que de sus instalaciones salieron no pocas farolas para plazas sevillanas como la de San Francisco, aunque por desgracia el tiempo y la desidia se han desecho de las mismas.



Quede por tanto constancia de cómo, también en cuestión de farolas “nunca se es profeta en su tierra” y de cómo por desgracia poco valoramos nuestro patrimonio.  



07 julio, 2013

Calle del Rey



 Aunque hora llamada Betis por símil con el nombre romano del llamado Río Grande por los musulmanes y Guadalquivir por nosotros ahora, no deja de ser llamativo que tal vía, que mide 618 metros, tuviera como nombre, allá por el siglo XV el de “Calle del Rey” y ello se debiera a singular suceso que tomando prestada la crónica de Maese Macías relataremos a continuación:

Corriendo los años de 1359, el monarca castellano Don Pedro I (Cruel o Justiciero, tómese el apodo que más plazca al lector) se había apropiado de ciertas rentas que legítimamente pertenecían a la Iglesia, de modo que el prelado, celoso de sus privilegios, resolvió enviarle al rey el oportuno requerimiento notarial para que restituyera las cantidades de las que se había apropiado.

Conocedor el Notario de cómo se las gastaba Don Pedro, iracundo y de genio vivo como era, resolvió aprovechar que cierto día éste paseaba a caballo por la orilla del río que daba a Sevilla para, desde una embarcación que se había proveído, reclamar de viva voz las antedichas rentas. Mas como el soberano daba la callada por respuesta ignorando la reclamación, envalentonado el Notario, comenzó a lanzarle anatemas e improperios, seguro de que tales agravios no llegarían a los reales oídos. 

 Craso error, pues Don Pedro, montó en cólera (que no era el nombre de su caballo), espoleó a su cabalgadura y lanzóse al Guadalquivir para dar escarmiento al lenguaraz, quien pudo escapar merced a los remos de su barca y a que la rápida corriente fluvial arrastró al rey, y de no ser por su caballo, habría perdido la vida, alcanzando, algo maltrecho, la orilla del río que ahora llamamos Betis.