Por un momento, quedamos pasmados la otra mañana tras la aparición de gigantesco monstruo de metal por antigua calle los Colcheros (ahora llamada de Tetúan por ser una ciudad tomada por cierto general O´Donnell con quien no coincidimos en los Tercios de S. M. el Rey ). Caminaba, el dicho animal, sobre ruedas, lenta y pesadamente, y era manejado, no sin cierta pericia como después apreciamos, por unos mozos que al parecer lo habían adiestrado y domado, de manera que poco daño podía hacer pese a su terrible apariencia.
Inquirimos a dichos peones y nos relataron que era especie de plataforma, y que no era utilizada para asedios o asaltos de fortalezas y bastiones, sino para alcanzas alturas sin ayuda de escaleras, siendo útil para la colocación de toldos ahora que aprientan las calores y el verano comienza a enseñorearse de la ciudad.
Y bien que agradecimos la sombra de dichas velas o toldos, cuyo uso es inmemorial, pues proporcionan no poca protección frente al astro rey, y más para aquellos cuya cabelleras, como la nuestra, han perdido pujanza...